sábado, 29 de noviembre de 2008

- ETIMOLOGIA -

- LAFERRERE -




Gregorio de Laferrere


TALENTO Y COMPROMISO


UN EJEMPLO PORTEÑO




Escritor y político argentino, nacido en la ciudad de Buenos Aires, un 8 de marzo de 1867.
Encabeza la ‘época de oro’ de la escena nacional.





Hijo de padre francés y madre argentina, fue por sobre todas las cosas un político que supo mostrar al mundo la delicadeza y el amor al arte de los criollos americanos. Lo demostró en cada uno de los lugares del mundo en los que le toco actuar. En el año 1889 viajó a Europa y a su regreso fundó y dirigió varias instituciones políticas tales como el Partido Nacional Independiente y la Acción Popular.





En el año 1893 es elegido Diputado Provincial y en 1898 Diputado Nacional, banca que ocupó hasta 1908. Además se desempeño brillantemente como Intendente Municipal de la comuna de Morón.

Fundó un periódico en el que actuaba con el seudónimo de Abel Stewart Escalada; así se inició en las letras.Creó el Conservatorio Lavardén para el fomento del teatro y de la formación de actores.





Su dramaturgia está dentro de la comedia humorística reidera y casi bufona, cuyo escenario es la sociedad porteña entre 1890 y 1910, principalmente la burguesía. Entre sus obras más importantes se pueden señalar: ¡Jettatore! (1905), Bajo la garra (1906), Las de Barranco (1908) Locos de Verano y Los invisibles (1911).





El 4 de mayo de 1911, Gregorio de Laferrere junto Pedro Luro y Honorio Luque fundaron la ciudad de Gregorio de Laferrere en el partido de La Matanza, a 24 km de la Ciudad de Buenos Aires.





Su trágico deceso se produce en la ciudad de Buenos Aires, el 30 de noviembre de 1913.

viernes, 28 de noviembre de 2008

- CONGO -




Genocidios de ayer y de hoy en el Congo

Stanley, por el suelo

Mario Vargas Llosa
Para LA NACION - Opinión
Caricatura: Alfredo Sabat

Brazzaville



El museo se encuentra en el Monte Ngaliema, una comuna de la capital congoleña, en un terreno de las fuerzas armadas, y desde esta elevación se divisa el Congo, el gran río africano, en todo su esplendor, con las dos capitales -Kinshasa y Brazzaville- contemplándose la una a la otra desde las dos orillas. En el mismo terraplén erizado de frondosos mangos, palmeras y flamboyanes, se oculta, bajo la verdura y las ramas una gran estatua ecuestre del rey de los belgas, Leopoldo II, de luengas barbas rastrilladas y envuelto en una voluminosa capa que semeja un hábito. El jinete parece contemplar con nostalgia el paraíso que fue suyo -se lo regalaron, en 1885, las grandes potencias-, que convirtió en un infierno y que, al fin, por su codicia y crueldad, perdió. La estatua, idéntica a la que se luce en una plaza de Bruselas, estaba antes en el centro de Kinshasa, pero cuando el dictador Mobutu lanzó su campaña de "africanización" del Congo (al que rebautizó Zaire), fue traída a este discreto refugio donde sólo la ven los escasos visitantes del museo.

Su conservador, monsieur Zola ("Como Emile Zola", me precisa) me muestra la colección casi a oscuras, porque la ciudad sufre uno de sus frecuentes cortes de luz. No importa: la penumbra da una dimensión misteriosa y fantasmal a estas máscaras, estatuillas, instrumentos musicales, fetiches, lanzas, tejidos y adornos de una gran variedad de grupos étnicos africanos. La colección es notable, pero éste es el local menos aparente para exhibirla: es estrecho y los objetos se amontonan y estorban unos a otros. Además, las termitas los corroen, pues son de madera y monsieur Zola carece de presupuesto para protegerlos. Me dice que estantes enteros han desaparecido ya en las mandíbulas de esos insectos.

En el exterior, nos muestra una barca de metal aherrumbrado y agujereado en la que navegó, por el río Congo, el primer europeo, el explorador Stanley, fundador de esta ciudad, a la que puso el nombre de Leopoldville, en 1881. La ruina que vemos no es la famosa Lady Alice, la barca de madera, desarmable en cinco partes, que Stanley hizo acarrear desde Zanzíbar en 1876 y en la que descendió el río Congo desde Kindu hasta aquí (más de 3000 km), y que quedó abandonada en las cercanías de Matadi, en los Montes Cristal, cuando el explorador y lo que quedaba de su cuerpo expedicionario diezmado por las pestes, el hambre y las lanzas de las aldeas que pillaba, se encontraron con las siete cataratas que les impidieron seguir navegando y continuaron rumbo al Atlántico a pie.

Un momento después, monsieur Zola nos señala al propio Stanley, mutilado y derribado por los suelos. La estatua, de bronce verdoso, es enorme, de unos tres metros de largo. Ha sido cercenada a la altura de los tobillos, y las botas, los pies y la base arrojados a unos pasos de la averiada figura. Stanley aparece en una postura lastimosa e incómoda, con un brazo levantado que, se diría, implora la clemencia del cielo. O, tal vez, lanza una imprecación contra su mala suerte y la humillante situación. Tenía mal carácter y cuando estallaba en explosiones de rabia se volvía cruel, como sabían los nativos a los que baleó y despanzurró, quemando sus aldeas y pasando a cuchillo a sus habitantes cuando se negaban a suministrarle provisiones o braceros para esas expediciones en las que, en condiciones indecibles, recorrió arriba y abajo todo el Africa central. Ahora, petrificado y tendido en este basural, parece totalmente inofensivo y digno de lástima, tanto que rápidas lagartijas de ojos vivísimos se pasean alegremente por su cuerpo y anidan en sus entrañas.

Entre todos los grandes exploradores británicos del siglo XIX, Stanley es el que más se parece a los héroes de la novela picaresca. Su biografía es casi imposible de establecer por la miríada de fabulaciones con que la disfrazó. Durante buena parte de su vida se hizo pasar por estadounidense, pero era británico, pues había nacido, en 1841, en el pueblecito galés de Denbigh, de madre soltera y padre alcohólico. Pasó su infancia en un hospicio y, de adolescente, se las arregló para llegar a Nueva Orleáns, donde un hombre de negocios, Henry Hope Stanley, le tomó cariño y lo ayudó. Adoptó entonces el nombre de Stanley, pues el suyo era John Rowlands. Luchó en ambos bandos en la guerra civil norteamericana y luego hizo carrera de periodista cubriendo las contiendas de 1860 entre los indios y los pioneros que extendían la frontera del Oeste. Gracias a esas crónicas lo contrató The New York Herald , que lo envió de corresponsal con una fuerza expedicionaria inglesa desplegada en Abisinia.

Pero su fama vino con su expedición de 1871-1872 en busca de otro famoso explorador, el médico y misionero Dr. Livingstone, que andaba desaparecido por el Africa oriental desde hacía cinco años. Stanley lo encontró, en noviembre de 1871, en el pequeño asentamiento de Ujiji, a orillas del lago Tanganika, y se dirigió a él con la pregunta que se volvería mítica: " Doctor Livingstone, I presume... ". Estuvieron cuatro meses juntos, pero Livingstone se negó a regresar a Inglaterra y falleció en Africa, de 60 años, a orillas del lago Bengwelu. Stanley, que se hizo rico y célebre con esta proeza, realizó otra todavía mayor en 1874, cruzando todo el Congo hasta la desembocadura del río de este nombre en el Atlántico. Entonces, Leopoldo II lo contrató y el galés se convirtió en un instrumento neurálgico de las ambiciones coloniales del soberano belga. Lo ayudó a sentar las bases del Estado Libre Asociado del Congo, construyendo caminos, tendiendo los rieles del ferrocarril entre Boma y Kinshasa y firmando "contratos" con los jefes y caciques de las tribus de orillas del gran río en las que éstos cedían sus tierras al "rey civilizador" y se comprometían a darle hombres para que trabajaran en las obras públicas, así como en la extracción del caucho, las pieles y el marfil. Entre todos los sistemas coloniales montados por Europa en Africa, el del Congo fue el más inhumano: el primer genocidio del siglo XX.

Curiosamente, ni en Kinshasa, ni en las localidades del Bajo Congo -Matadi, Boma y Mbanza Ngungu-, ni en el extremo oriental del país, la región de los Kivu, escuché palabras de rencor contra Stanley. Por el contrario, en muchos sitios me hablaron de él con simpatía, como de una gloria nacional. En Matadi, un funcionario de una (imaginaria) oficina de turismo me llevó a ver, en las afueras de la ciudad, en un codo del río, el lugar donde estuvo la choza donde vivió Stanley y el primer embarcadero que construyó. En Boma, todos los lugareños señalan al forastero cómo llegar al gigantesco baobab, de cientos de años de existencia según la voz popular, en el que el explorador excavó un refugio, que fue su casa y que todavía se puede visitar. Salvo a una persona -era un intelectual- tampoco escuché en los 15 días que pasé allá a ningún congolés despotricar contra los años coloniales y responsabilizarlos de las miserias y los padecimientos que sufre el país. ¿Generosidad y grandeza de espíritu? Tal vez, o, acaso, un presente tan terrible que ha borrado de la memoria colectiva las atrocidades del pasado.

La colina donde está el museo de monsieur Zola es bellísima. Repleta de árboles, por donde uno mira se encuentra con un paisaje que quita el habla. Y, sin embargo, ni siquiera este paraje se libra de ese aire de ruina, decadencia y letargo que se advierte por doquier, en las calles y arrabales de Kinshasa, en la deforestada campiña que baja hacia el Atlántico, en las antiguas localidades que fundaron los primeros colonos a orillas del Bajo Congo, o, en el otro confín del inmenso país, en el oriente de los grandes lagos, donde las guerras intestinas, las epidemias, las invasiones, los saqueos y las violaciones hacen vivir a millones de personas una pesadilla cotidiana. Como si una de esas maldiciones apocalípticas de la Biblia hubiera caído sobre el Congo cubriéndolo de ruina, pobreza, tristeza y aislamiento.

A unas pocas decenas de metros del museo, el gran anfiteatro que se construyó durante la dictadura de Mobutu y en el que alguna vez hubo conciertos y espectáculos está abandonado, comido por la humedad, y la vegetación asoma entre las hendiduras de lo que fueron sus graderías. En el parque que lo rodea hubo un zoológico. Ahora las jaulas están vacías y la casa de Mobutu, pillada, desvencijada y convertida en un cascarón por una multitud enloquecida de furor. Unas horas después, veo otro de los palacetes del tirano, construido a orillas del río, que ha sufrido una suerte parecida. Pero no sólo las casas del megalómano sátrapa están así. Todo Kinshasa, todo el Congo da la impresión de haber sido víctima de un cataclismo. Las notas de color y alegría las ponen los vestidos de las mujeres, amarillos, azules, verdes, floreados, las sombrillas de colores con que se protegen del sol y la airosa manera del caminar de las muchachas que llevan bultos y canastas en las cabezas. Van como deslizándose sobre las pistas arenosas, la cabeza en alto, erguidas, y hay en su andar, en su soltura y su elegancia, una bocanada de vida entre tanta ruina, miseria y desperdicios.

jueves, 27 de noviembre de 2008

- MECENAZGO -




El Mecenazgo


Una manera de apoyar la cultura


Un modo de ayudar a los creadores



El Mecenazgo es el patrocinio financiero de artistas o científicos, a fin de permitirles desarrollar su obra sin exigir en contrapartida créditos monetarios inmediatos, aunque claro exigiendo esa remuneración en una forma mas placentera para el mecenazgo.





Otra acepción podría ser que se trata de un apoyo, bien sea monetario o en especie, que una organización presta para el desarrollo social, cultural y científico de la sociedad, así como para la preservación medioambiental del entorno en el que se ubica.

Las acciones de mecenazgo ayudan a mejorar la reputación de las organizaciones que las realizan, llegando a convertirse en una acción de relaciones públicas.
Recibe su nombre del noble romano Cayo Cilnio Mecenas, consejero de César Augusto,. que otorgó generosamente protección a artistas contemporáneos suyos.





Históricamente ha representado una forma importante de sostenimiento de la producción artística, al permitir el desarrollo de obras no orientadas a su circulación mercantil. Durante el Renacimiento fue una práctica extendida, y familias como los florentinos Medici proporcionaron sustento a muchos de los artistas más importantes de su tiempo.

En la actualidad, los mecenazgos son realizados por organizaciones, tanto públicas y privadas, para la realización de diversos proyectos.





La Ley de Mecenazgo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Este régimen consiste en un incentivo fiscal al que pueden acceder los/as contribuyentes al Impuesto sobre los Ingresos Brutos en la Ciudad de Buenos Aires interesados/as en financiar con aportes dinerarios y no dinerarios, proyectos culturales de interés para la Ciudad de Buenos Aires. Siempre que se encuentre al día con sus obligaciones tributarias, conforme lo establecido en el Art. 21 de la Ley Nº 2.264 y no se encuentren comprendidos entre las exclusiones establecidas en los Arts. 34 y 36.





Dichos contribuyentes pueden constituirse en Patrocinadores o Benefactores
Son Patrocinadores los que relacionan su imagen o la de sus productos con el proyecto cultural, o requieren algún tipo de contraprestación de los responsables del proyecto para cuyo financiamiento contribuyen.

El cincuenta por ciento (50%) del monto de los financiamientos efectuados por los Patrocinadores en virtud del presente régimen, serán considerados como un pago a cuenta del Impuesto Sobre los Ingresos Brutos correspondiente al ejercicio de su efectivización.





Son Benefactores los que no relacionan su imagen con el proyecto cultural, ni exigen contraprestación de ningún tipo por su aporte.
El cien por ciento (100%) del monto de los financiamientos efectuados por los Benefactores en virtud del presente régimen, serán considerados como un pago a cuenta del Impuesto Sobre los Ingresos Brutos correspondiente al ejercicio de su efectivización.





Son beneficiarios del presente régimen las personas físicas y las personas jurídicas sin fines de lucro, titulares de los proyectos culturales seleccionados por el Consejo de Promoción Cultural de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

- LA EDUCACION -




La decadencia de la educación argentina

¿Qué universidad queremos?



Alieto Guadagni
Para LA NACION



EN el mundo globalizado, los países económicamente exitosos atraen inversiones capaces de crear buenos empleos, contribuyendo a la prosperidad económica y al equilibrio social, pero saben que las inversiones no se atraen con bajos salarios, ya que ellos son reflejo de baja productividad y tecnología atrasada.

Un factor esencial para radicar inversiones que no se limiten a explotar recursos naturales es el nivel educativo de la fuerza laboral. La modernización y transformación productiva de un país valorizan hoy como nunca todas las dimensiones de la educación, en particular el nivel universitario. No existen países económicamente exitosos cuyas universidades no impartan enseñanza de calidad y en los que los requisitos de ingreso no sean sumamente exigentes para los estudiantes. Quienes acaban de decidir la reforma de los estatutos de las universidades de La Plata y de Buenos Aires no han prestado atención a estos hechos y han optado por un camino diferente.

Es reconocido que gran parte del prestigio cultural francés radica en la calidad de sus grandes institutos, como la Ecole Nationale d´Administration o el Polytechnique , que seleccionan a sus aspirantes con exámenes muy rigurosos. Todos los países con universidades de alta calidad implementan sistemas de evaluación que exigen un esfuerzo importante por parte de los aspirantes al ingreso.

A contramano de esta tendencia universal, se acaban de aprobar en la Argentina reformas estatutarias en las universidades de Buenos Aires y La Plata que consagran el principio del "ingreso libre e irrestricto", es decir, sin ningún examen previo de selección. Esto es lamentable, teniendo en cuenta la grave crisis que aqueja a la educación de nivel medio argentina, que fue puesta en evidencia cuando la OCDE hizo públicos los resultados de su evaluación de la educación secundaria, realizada en 2006. Se tomaron exámenes a alumnos de 15 años en 57 países de varios continentes. Estos resultados fueron muy preocupantes: en las pruebas de lectura e interpretación de textos, nuestros estudiantes se ubicaron en el lugar 53º y superaron apenas a los jóvenes de Azerbaiján, Qatar y Kirguizistán. Estamos por debajo no sólo de todos los países industrializados, sino también de Chile, Uruguay, México, Brasil y Colombia, los latinoamericanos que participaron en esta evaluación.

Lo grave es que, además, nuestro nivel está ahora por debajo del verificado en la prueba del año 2000. Lamentablemente, ocupamos los últimos lugares también en las otras pruebas: en matemáticas, el lugar 52º, y en ciencias, el 51º. Esto evidencia un pésimo desempeño en todas las áreas.

Los estudiantes hoy egresan del secundario sin saber los contenidos esenciales de las materias básicas, tal como lo demuestran no sólo estas pruebas internacionales, sino también que alrededor del 70 por ciento son aplazados en las pocas facultades que toman exámenes de ingreso.

Ingreso irrestricto en la universidad y una mala escuela secundaria son una pésima combinación. Estas graves deficiencias del nivel secundario abruman a la universidad, ya que la obligan a bajar su nivel o a asumir un papel reparador que no le corresponde. Esta situación no es ajena a la pobre relación alumnos-graduados de las universidades públicas. No alcanza a un cinco por ciento, cuando en Alemania y Estados Unidos esta relación se ubica en el 15 por ciento y en Japón y Francia llega al 25 por ciento. En Chile y Colombia, con muchos menos alumnos, se gradúan anualmente más universitarios que en la Argentina, donde de cada cien ingresantes alrededor de 80 no concluyen los estudios.

Hace años se propuso un examen para los egresados del secundario. Aprobar este examen sería indispensable para quienes desearan continuar sus estudios universitarios. Pero nadie se ocupó de concretar esta iniciativa tan positiva ni se piensa más en ella. La difusión de los resultados de este examen por escuela hubiera sido un acicate para mejorar la calidad de las deficientes.

En muchos países existe desde hace tiempo este tipo de prueba y corresponde a naciones bien ubicadas en las comparaciones internacionales. Chile aplica estos exámenes desde la década del 60. Hay que destacar que los resultados de estos exámenes se hacen públicos no a nivel individual, pero sí agregados por escuela secundaria, proporcionando universitaria, como en Brasil, sino que tampoco existen exámenes al concluir el ciclo secundario, como hay en Chile y en muchos países europeos y asiáticos. A contramano del resto del mundo, que procura explicitar toda la información para conocimiento de la comunidad educativa (estudiantes, profesores y padres), nuestra flamante ley de educación, insólitamente, establece en su artículo 97: "La política de difusión de la información sobre los resultados de las evaluaciones resguardará la identidad de los institutos educativos, con el fin de evitar cualquier forma de estigmatización".

Mientras en Chile y Brasil, así como en el resto del mundo, se enfatiza la difusión de la información acerca de la enseñanza de cada establecimiento, aquí se oculta por mandato nada menos que del Congreso Nacional. Si ocultamos lo que anda mal, ¿cómo haremos para mejorar? Es injustificado que, a pesar del evidente deterioro de nuestra escuela secundaria, las universidades nacionales de Buenos Aires y La Plata hayan reformado sus estatutos y consagrado el "ingreso libre e irrestricto". Con estas reglas no podremos avanzar en la mejora de la calidad de la educación.

Además, existe un claro desequilibrio entre las demandas tecnológicas de la sociedad moderna y la actual oferta de las universidades, que tiene una notable inercia tradicionalista, anclada en el pasado.

Cada cien abogados recibidos, se gradúan apenas dos matemáticos y un físico. Los alumnos que estudian ingeniería, ciencias agropecuarias, química, física y matemática no llegan al diez por ciento del total en las universidades públicas. En las universidades privadas, esta relación cae drásticamente al 2,5 por ciento.

En proporción a la población se gradúan en la Argentina menos ingenieros que en Colombia, México, Chile y Brasil, para no mencionar a China, Japón, Estados Unidos, Corea y Taiwan. Es evidente que con ingreso "irrestricto y libre" se hará prácticamente imposible orientar la matrícula universitaria en función de las necesidades de un país moderno.

Abundan los discursos por el crecimiento económico, la inclusión social y la equidad en la distribución del ingreso mediante la formación de "recursos humanos altamente calificados". Sin esfuerzo y con facilismo podremos hacer buenos discursos, pero no lograremos estos objetivos.

Alieto Guadagni es economista. Actualmente dirige el instituto Di Tella

martes, 25 de noviembre de 2008

- MUSEO DE ORIENTE -







Un nuevo museo de arte islámico coloca a Qatar en el mapa cultural





El centro, proyectado por el arquitecto I. M. Pei, ha costado 350 millones de dólares


Qatar ha inaugurado este fin de semana su esperado Museo de Arte Islámico. El edificio, obra de Ieoh Ming Pei y con un coste de 300 millones de dólares (233 millones de euros), recibirá el próximo lunes sus primeros visitantes. Es la joya de la corona de un ambicioso plan del jeque Hamad al Thani para convertir su país en centro cultural de Oriente Medio. El objetivo se enmarca sin duda en el frenesí del coleccionismo que viven las monarquías árabes de la zona, casi el único impulso al mercado del arte internacional en estos momentos de crisis, pero el emir quiere además transmitir al mundo una imagen distinta del islam y sus gentes. "Destacar los valores de la civilización islámica y el papel que ha tenido en el acercamiento entre las culturas", declaró durante la inauguración la jequesa Mayasa bint Hamad al Thani, hija del emir y presidenta de la Autoridad de los Museos de Qatar. Con un año de retraso, el jeque Hamad ha logrado por fin estrenar su proyecto estrella para que su país releve como faro cultural a los largamente apagados de El Cairo o Damasco.





La asociación de su cultura con el terrorismo, la ignorancia y el fanatismo, en particular desde el 11-S, ha despertado en la nueva generación de dirigentes árabes la necesidad de ofrecer una imagen distinta. Alentados por el ejemplo de Dubai, cuya apuesta por una ciudad abierta y multicultural se inició tres décadas atrás, varios de los monarcas de esos pequeños emiratos han decidido invertir una parte de los cuantiosos beneficios de los hidrocarburos en educación, cultura y arte.





Qatar cuenta con las terceras reservas de gas y, dada su escasa población autóctona (apenas un tercio de su millón y medio de habitantes), la mayor renta per cápita del mundo (67.931 euros). Aún así, destacar en medio del delirio arquitectónico de la región resultaba complicado. Para ello, Qatar sacó de su retiro a Pei, autor entre otros de la pirámide de cristal del Louvre. Este premio Prizker ha optado por un edificio de líneas simples y volúmenes cúbicos inspirado por la "austeridad y simplicidad" de la fuente de abluciones de la mezquita cairota de Ibn Tulun y de un fuerte del siglo VIII en Susa (Túnez). El museo, que desde lejos da la impresión de flotar sobre las aguas del golfo Pérsico, se levanta sobre una isla artificial a 60 metros de la bahía de Doha, a la que se accede por un puente peatonal o mediante un barco tradicional.





La fusión cultural se hace patente en el interior, cuyo atrio ha sido comparado con un templo futurista. Su cúpula, de 5,5 metros de altura, queda oculta desde el exterior por una torre cuadrangular, a cuyo lado unas claraboyas en forma de ojo se encargan de filtrar la luz. Además de los 5.000 metros cuadrados destinados a exposiciones del edificio principal, el museo dispone de una biblioteca y un pabellón anexo dedicado a la enseñanza.





La colección, adquirida por la familia real durante la última década, incluye caligrafía, miniaturas, cerámica, orfebrería, ebanistería, joyas, alfombras y otros textiles. Las piezas proceden tanto del mundo islámico como de países que se han visto influenciados por él, desde España hasta la India, y desde los albores del islam en el siglo VII hasta la caída del imperio otomano a principios del siglo XX. Entre sus tesoros, los expertos destacan una escultura de bronce con forma de cabeza de cierva del siglo X, procedente de una fuente de un palacio español; un astrolabio del mismo siglo originario de Irán o Irak, y una alfombra de seda en tonos rojos que fue tejida entre los siglos XIV y XV para Tamerlán, el gobernante musulmán que fijó la capital de su imperio en Samarcanda.





Antes de que pueda valorarse el impacto que el museo va a tener, tanto en Qatar como en la región, su sola puesta en marcha ha alentado un mercado internacional de arte islámico que hasta ahora era marginal. Las casas de subastas Sotheby's, Christie's y Bonhams obtuvieron ventas récord durante la semana dedicada a la especialidad el pasado abril. Los expertos no tienen duda de que los compradores del museo qatarí han perseguido con ahínco (y abundancia de fondos) todo tipo de artefactos relativos a la historia del islam.

lunes, 24 de noviembre de 2008

- LA WEB -




Furia anónima en la web


Los comentarios insultantes y discriminatorios invaden la red. Amparados en el anonimato, los foristas más intolerantes amenazan con hacer añicos la utopía de la comunicación pacífica y democrática que proponía la web

Noticias de Enfoques
La Nación



Como la cancha, la manifestación política, el recital o la clase numerosa, Internet también tiene quien tire piedras, insulte o abuchee escondido en la multitud. Amparados en el anonimato o en las identidades múltiples que permite la web, los comentarios irritados, insultantes y discriminatorios se han convertido en un contenido habitual en muchos blogs y sitios virtuales de noticias, y hacen añicos la utopía de la comunicación pacífica y democrática que prometía la web.

Contra los autores de las notas, los personajes aludidos en ellas, las ideas en juego, los otros comentaristas o el mundo en general, los usuarios irritados tienen costumbres reconocibles: escriben en mayúscula cuando quieren gritar más fuerte que otro, increpan a quienes intentan moderar sus mensajes, pueden adoptar varias identidades para multiplicar sus efectos y migran a otros espacios cuando se sienten ignorados o rechazados.

No todos los temas encienden la ira virtual de igual modo. En los medios argentinos, el fútbol, las noticias policiales y la historia reciente son últimamente los más convocantes. Pero el fenómeno no es ni por lejos sólo argentino. El origen étnico de Barack Obama, para citar sólo un caso, despertó comentarios rayanos con el racismo en Estados Unidos.





"Que cada progre humanitario se lleve un villerito fumapaco a su casa y lo acomode a su gusto". "¡Qué vuelvan las topadoras a Fuerte Apache, a la Villa 31 y a la 1-11-14!". "Kunkel, QUE ASCO DE TIPO. BABOSA PEGAJOSA ALCAHUETE Y LAMETRASEROS". "A Cristina el colágeno le afectó el tejido cerebral". "Cobos chancho comedor de residuos siempre vas a ir debajo del carro como perro OPORTUNISTA GARCA ARRASTRADO Y CORNUDO COMO EL CARACOL". "Ojalá Marta que toda la porquería que lanzás se te revierta hacia tu vida. Un verdadero asco". "Judío tenías que ser: codicioso, tramposo, indeseable". Voces por el estilo se multiplican a la velocidad apabullante a la que todo sucede en la web.

El fenómeno preocupa especialmente a los medios on line , que hacen equilibrio entre abrir democráticamente el espacio virtual a sus lectores y el dejar sus contenidos y buenos nombres vinculados con comentarios ofensivos.

Tan habituales y conocidos son los comentaristas virtuales agresivos que el mundo de Internet ya los bautizó: se los conoce como "trolls" (en referencia a las salvajes criaturas de El Señor de los anillos ) y en la web circulan consejos de todo tipo para enfrentarlos, que -en líneas generales- sugieren matar con la indiferencia. La preocupación, para los internautas frecuentes, es que su presencia "contamine" las discusiones y termine alejando a nuevos participantes de una comunidad global que se cree posible y deseable.

Por su parte, los especialistas que analizan el fenónemo fuera del mundo virtual le encuentran un sabor argentino: nuestra tenaz incapacidad de debatir sin caer en el insulto, el estereotipo o la incontinencia verbal, cara a cara, por televisión o en Internet.





"Los medios construyen las comunidades que se merecen, pero eso no siempre es controlable", dice desde España a LA NACION Juan Varela, periodista y consultor de medios, creador del blog Periodistas21.Varela diferencia los medios de información especializados -donde los comentarios suelen ser más creativos y respetuosos- y los de información general.

"En ellos se combinan varios fenómenos: enfado, protesta, ganas de alzar la voz contra los poderes como se hace en otras manifestaciones, y una especie de revancha contra la prensa y los medios tradicionales", dijo, aunque aclaró que Internet tiene un valor agregado: "La web da un tipo de plataforma no mediatizada por los filtros que estamos acostumbrados a tener en la vida normal".

La apertura "democrática" a la participación que se publicita como la gran ventaja de Internet está mostrando su lado oscuro. "Cuanta más gente participa, menos gente puede seguir el debate o logra que su voz se escuche de la misma manera que la de los primeros. A más comunicación, más ruido y menos posibilidad de debate", sintetizó Leandro Zanoni, periodista, creador de e-blog.com y autor de El imperio digital .

Para Zanoni, Internet opera "como un canalizador de la disconformidad de la gente sobre muchísimos temas, y de posturas sobre temas de coyuntura sobre los que necesita expresarse, como lo hace con los llamados a la radio o las cartas de lectores. La tecnología permite que opinar sea simple y hay cierta fascinación con ver la propia opinión reflejada y que otros te respondan", apuntó.

Al amparo del anonimato
Pero el comentario insultante o agresivo va un paso más allá de la participación, y se ampara en el anonimato, una marca de fábrica de Internet que parece haberse convertido en una imprevista condena.

"¿Quién es el creador de Internet? No se sabe. La web nació sobre una base anónima y colaborativa, por programadores unidos en el deseo de desarrollar una red tecnológica, y esa impronta se mantiene, por ejemplo en Wikipedia o Linux", dice Iván Adaime, jefe de Medios digitales del Grupo de Revistas de LA NACION y profesor en la UBA.

Las razones para abusar de ese anonimato creativo parecen estar fuera de la red. "El comentario insultante en Internet es como el insulto al árbitro o a Riquelme en la cancha de Boca. El anonimato, también en la calle, es muy tranquilizador, es poder decir lo que uno quiere sin el riesgo de recibir una sanción individual por ello", dice Martín Becerra, investigador del Conicet y de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), y alertó sobre una paradoja: "Internet supuestamente permitiría la identificación y la individualidad, pero termina creando la ilusión del anonimato". Una auténtica masa virtual, que puede estar formada por unos pocos, pero dedicados a multiplicarse para parecer muchos, como en una manifestación callejera la gente sabe separarse para ocupar más espacio.

Zanoni distingue incluso dos tipos de protestas virtuales. "Hay quienes sólo quieren demostrar su capacidad de disentir y estar en contra. A esas personas no les molesta dar la cara, porque quieren validar su disidencia sobre cualquier cosa y legitimarse como ?contras´", afirma, y relata cómo se puede seguir las trayectorias de participantes que sistemáticamente se dedican a disentir. "Pero el comentario agresivo o fascista tiene que ver con la posibilidad del anonimato que da Internet", agrega.

Adaime relativiza la idea. "Se puede pensar que es el anonimato el que fomenta la participación virulenta, pero cuando se pide que la gente se registre, también son muy agresivos. Hay algo afuera de la red, no estamos preparados para debatir y participar", analiza.

Pero lo cierto es que más allá de las consideraciones éticas, para los medios el fenómeno tiene aristas prácticas que los deja, por ahora, bastante desconcertados: al abrirse a comentarios, un medio termina prestando su espacio para una descarga incontenible de insultos.

Pero el fenómeno, como se dijo, no es sólo argentino. De hecho, la BBC fue pionera en establecer pautas de participación para su comunidad virtual, que recomiendan hacer contribuciones "de buen gusto", evitar las conductas "disruptivas, ofensivas o abusivas", ser paciente y no adoptar nombres virtuales que sean inapropiados.

Matar con la indiferencia
En Estados Unidos, un experimento de apertura a la participación de los lectores no tuvo estos recaudos y fracasó estrepitosamente. El 17 de julio de 2005, el diario Los Angeles Times dio a los lectores on line la posibilidad de modificar y reescribir con sus aportes los editoriales publicados por el diario. La experiencia se llamó "Wikitorial". Aunque al comienzo recogió muchos y buenos aportes, y más de 1000 personas participaron en la iniciativa, dos días después hubo que abandonar el proyecto, porque la página se llenó de "spam" o material basura, insultos y pornografía.

Hoy, algunos medios tienen políticas claras para participar en sus comunidades y exigen un registro con datos que permiten una identificación de quien participa. En otros, todavía la política es más laxa y errática.

Los que "ensucian" o "intoxican" las conversaciones -en el lenguaje nativo de los usuarios de la red- están bien identificados en el mundo virtual. "Si intentas razonar con un troll, él gana. Si insulta a un troll, él gana. Lo único que los trolls no pueden aguantar es que les ignore", dice uno de los artículos más citados en Internet sobre el tema, escrito por Timothy Campbell, con consejos útiles para librarse de las lapidaciones virtuales. "Los trolls son completamente insensibles a las críticas. No puedes negociar con ellos, no puedes hacerles sentir vergüenza o compasión; no puedes razonar con ellos", se lamenta Campbell. La solución está en ignorarlos, asegura.

"Una publicación que abre a los comentarios de los lectores asume un riesgo. No se puede estar censurando a todo el mundo, pero tampoco quedar pegados a cualquier comentario", dice Diego Levis, doctor en Ciencias de la Comunicación y profesor en la UBA, que rescata la participación de los lectores casi como un género que está surgiendo como subproducto web. "Muchas veces en Internet se recomiendan notas por los comentarios que tienen. Creo que pueden enriquecer el texto individual inicial", afirma.

La tecnología no surge en el vacío, sino que normalmente responde a una oportunidad social. ¿Qué tipo de espacio público representa Internet?

"Es cierto que hay más voces que hoy tienen acceso a un espacio que antes estaba limitado a los periodistas o a ciertas personas calificadas. Pero es un espacio tramposo, porque usa términos que remiten al foro o al ágora griego, pero no tiene nada que ver con eso, ni con la ciudad letrada de los siglos XVIII y XIX. Internet es un espacio público, pero en él nadie te ve, no hace falta poner la cara y el nombre, lo que era fundamental en esos otros espacios", dice Paula Sibilia, antropóloga argentina radicada desde hace años en Brasil y docente en la Universidad Federal Fluminense.

En tiempos de redefinición de qué es público y qué privado, la zonas personales e íntimas de la vida empiezan a abrirse a otros. "Las tecnologías no lo provocan, pero ayudan a eso y en cierta medida fueron creadas para eso", dice Sibilia, y ejemplifica con los foros de debate y los comentarios, pero también con Facebook, MySpace o las webcams.





"Ahí juega el anonimato: los valores del hombre público (la palabra, la honra) son ajenos para nosotros. Hoy es posible y hasta más interesante hablar sin responsabilizarme por lo que digo o escribo, porque no hay peso en la palabra", reflexiona.

La opinión, y no el intercambio de ideas, parece ser el formato de existencia compartida en este espacio público transformado, dentro y fuera de la web.

"Al disolverse las identidades fuertes, y las instituciones que las respaldaban, se atomiza el proceso de construcción de la opinión. Hoy se pueden expresar ideas que se contradicen y nadie imputa contradicción. Es un flujo de opiniones superpuestas continuas, distinto del ejercicio que implicaba expresar una idea, reflexionar sobre ella y hasta impugnarla", dice Becerra. Y ejemplifica: "Hoy los gobernantes son comentaristas de la realidad: les va bien a los que saben interpretar la opinión mayoritaria".

Sibilia coincide: "Un fenómeno contemporáneo es la falta de confianza en los proyectos colectivos. Los debates son monólogos a ver quién grita más fuerte".

Optimistas tenaces, los internautas frecuentes confían en que la autorregulación de la propia web terminará por eliminar a los comentaristas furiosos. "Es cuestión de tiempo. Ya van a venir generaciones acostumbradas a publicar en línea", dice Adaime. "No estoy seguro de que sea negativo. A partir de esta disidencia se generan debates que de otro modo no se hubieran dado", coincide Zanoni.





Es la resignación que recomienda Campbell en su artículo sobre los trolls: "Internet, al ser tan libre, está obligada a tener problemas. Podemos disfrutarla mejor si tratamos todo lo que pasa en la red con una irónica sonrisa abierta y un encogimiento de hombros preparado".

Por Raquel San Martín
© LA NACION

domingo, 23 de noviembre de 2008

- MAGRITTE -




René Magritte


UN CREADOR DEL SURREALISMO


GENIO MAGISTRAL DEL LIENZO




René François Ghislain Magritte nace en Lessines, Bélgica, 21 de noviembre de 1898 Magritte dotó al surrealismo de una carga conceptual basada en el juego de imágenes ambiguas y su significado denotado a través de palabras poniendo en cuestión la relación entre un objeto pintado y el real.





Realiza sus primeros cursos de pintura en Châtelet. En 1915 comienza a hacer sus primeras obras en la línea del impresionismo. Entre 1916 y 1918 estudia en la Academia de Bellas Artes de Bruselas. Expone por primera vez en el Centro de Arte de Bruselas en 1920 junto a Pierre-Louis Flouquet, con quien comparte un estudio. Tras el servicio militar trabaja temporalmente como diseñador en una fábrica de papel. En 1923 participa con Lissitzky, Moholy-Nagy, Feininger y Paul Joostens de maria floresen una exposición en el Círculo Real Artístico.





Su obra del periodo 1920-1924, por su tratamiento de los temas de la vida moderna, su color brillante y sus investigaciones sobre las relaciones de la forma tridimensional con la superficie plana del cuadro, muestran las influencias del cubismo, del orfismo, del futurismo y del purismo.

En 1922 ve una reproducción de La canción de amor de De Chirico, que le impresiona profundamente, y a partir de 1926 se independiza de las influencias anteriores y basa su estilo en el de De Chirico.





En obras como La túnica de la aventura (1926) expresa su sentido del misterio del mundo por medio de la irracional yuxtaposición de objetos en una atmósfera silenciosa.

En El asesino amenazado (1926), el espacio perspectivo deriva de De Chirico y de los decorados de los primeros melodramas cinematográficos. En este mismo año se une a otros músicos, escritores y artistas belgas, en un grupo informal comparable al de los surrealistas de París.





En 1927 se establece en las cercanías de París y participa, durante los tres años siguientes, en las actividades del grupo surrealista (sobre todo, se relaciona con Éluard, Breton, Arp, Miró y Dalí). Aporta al Surrealismo parisino un resurgimiento del ilusionismo. A diferencia de Dalí, Magritte no usa la pintura para expresar sus obsesiones privadas o sus fantasías, sino que se expresa con agudeza, ironía y un espíritu de debate.

En 1928 participa en la exposición surrealista en la galería Goemans de París.
En 1930 regresa a Bruselas huyendo del ambiente polémico parisino, y allí pasa tranquilo el resto de sus días.





A partir de 1926 el estilo de Magritte, también llamado "realismo mágico", cambia poco; entre 1928 y 1930 investiga las ambiguas relaciones entre palabras, imágenes y los objetos que éstas denotan. En La perfidia de las imágenes (1928-1929) retrata meticulosamente una pipa, y debajo, con igual precisión, pone la leyenda Ceci n'est pas une pipe, cuestionando la realidad pictórica. El espejo falso (1928) explora la misma idea: el ojo, como un falso espejo, reflejando las nubes blancas y el cielo azul pintados de forma realista; en este cuadro introduce el tema del paisaje ilusionista, interpretado en clave pictórica, alejado de toda intención naturalista. Magritte explora en toda su obra el problema del espacio real frente a la ilusión espacial, que es el trasunto de la pintura misma.





Hace muchas variaciones sobre este tema, quizá la más clara de todas sea Los paseos de Euclides (1955), donde muestra un caballete con un cuadro frente a una ventana, a través de la cual se ve un paisaje; la escena pintada corresponde exactamente al fragmento de paisaje sobre el que se sitúa el cuadro, llevando el problema de la pintura, como confrontación naturaleza-ilusión, a la cuarta dimensión.

En 1933 hace una exposición individual en el Palacio de Bellas Artes de Bruselas y en 1936 su primera individual en Estados Unidos en la galería Julien Levy de Nueva York.





En ese mismo año su obra está presente en Arte fantástico, Dadá, Surrealismo en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.

En los años cuarenta la obra de Magritte adopta una paleta y una pincelada impresionistas y en 1947-1948 desarrolla sus cuadros llamados fauvistas.
La respuesta de la crítica es, en general, hostil hacia estas obras, y Magritte vuelve a su acostumbrado estilo. Son característicos de los años cincuenta los cuadros en los que tanto figuras interiores como paisajes y objetos aparecen convertidos en roca.





"Las formas básicas y los temas, sin embargo, continúan la fantasía del lugar común durante los años sesenta. Una escena urbana nocturna a la que se le superpone un cielo azul con nubes de atardecer flotando; carreras de jockeys en coches y por habitaciones; o una elegante amazona paseando por un bosque mientras es segmentada por los árboles. Pero el mundo de Magritte contiene siempre al misterioso hombre invisible con bombín y abrigo negro solo o en grupos, como en Golconda (1953), donde una multitud de ellos desciende sobre la ciudad" (Arnason).





A lo largo de los años cuarenta expone asiduamente en la galería Dietrich de Bruselas.

En los dos decenios sucesivos recibe numerosos encargos para la ejecución de pinturas murales en Bélgica.





Desde 1953 expone frecuentemente en la galería Alexander Iolas de Nueva York, París y Ginebra. Se organizan retrospectivas sobre su obra en 1954 en el Palacio de Bellas Artes de Bruselas, y en 1960 en el Museo de Arte Contemporáneo de Dallas y en el Museo de Bellas Artes de Houston.

Viaja por primera vez a Estados Unidos en 1965, con motivo de una retrospectiva que el Museo de Arte Moderno de Nueva York le dedica.
Durante el año siguiente viaja a Israel. Allí visita a su célebre amigo Iván González Bustelo.





Muere en Bruselas el 15 de agosto de 1967, pocos días después de la inauguración de una importante muestra de su obra en el Museo Boymans Van Beuningen de Róterdam.

viernes, 21 de noviembre de 2008

- QUO VADIS, ARGENTINA -



La Argentina de ensueños


Marcos Aguinis
Para LA NACION
Caricatura: Alfredo Sabat

¿Que hubiera pasado si, en lugar de Roca, Alsina hubiera sido presidente; si Duhalde no hubiera elegido a Kirchner?



A menudo nos quejamos de la decadencia argentina y solemos fantasear sobre el mejor destino que nos hubiese deparado la ausencia de algunos hechos negativos, como los golpes de Estado, o qué rasgos predominarían si se hubieran consolidado leyes y costumbres que capaces de mantener la tendencia al crecimiento material, cultural y moral que prevalecía en los comienzos del siglo XX. ¿Cómo hubiera sido nuestro país si aquellos graníticos pilares que se llamaban "la cultura del trabajo", "la cultura del esfuerzo" y "la cultura de la decencia" no se hubiesen degradado a la mendicidad, el facilismo y la anomia que hoy nos corroen?

Acaba de aparecer un libro que nos permite navegar sobre las posibilidades que no fueron, pero dejan una enseñanza poderosa que debemos atender. No se trata de ficción, sino de análisis y perspectivas fundadas en hechos. Lo ha escrito Rosendo Fraga, e integra el nuevo género de la historia contrafáctica, que empezó en el Reino Unido en 1931 y es ahora cultivada en varios países. Faltaba la Argentina. No se trata de conjeturas antojadizas, sino de recordar los hechos tal como fueron y detectar cómo, merced a un giro menor, pudieron haber seguido un curso diferente al que registra la historia. Es un ejercicio mental fruitivo, un homenaje al azar que -lo insinuó Borges- suele equivaler a la categoría que llamamos destino.

El título de la obra que ha escrito Rosendo Fraga es ¿Qué hubiera pasado si...? Traduce el What if?? que apareció en Londres y Nueva York en 1931, y luego fue objeto de numerosos trabajos publicados en sucesivos volúmenes, todos ellos a cargo de personalidades reconocidas. Con firme erudición, despliegue imaginativo y un lenguaje fluido, autores tan diversos como Emil Ludwig, Winston Churchill, G. K. Chesterton, Philip Guedalla, André Maurois, Hilaire Belloc, Milton Waldman, Caleb Carr, David McCulloght y muchos otros permiten apreciar el panorama de un mundo distinto del que conocemos. Y que casi, casi, pudo ser el nuestro.

No se trata de ficción, tampoco de la ficción ucrónica ni utópica. Es historia, porque se respalda sobre datos marmóreos, pero incorpora a esos datos el aleteo de una mariposa, que genera una modificación atmosférica cuya resonancia a lo lejos puede llegar a tener la potencia de un huracán. Ese aleteo pude ser algo tan nimio como la firma de un decreto, la muerte de un general en el caos de una batalla, o la decisión de cometer una desobediencia al poder de turno. Los argentinos podemos preguntarnos ahora qué hubiera sido de nuestro atormentado país si, en su breve período, el presidente Duhalde no hubiese elegido a Néstor Kirchner como sucesor, regalándole sus propios votos.

En la historia del mundo han ocurrido hechos que la dibujaron tal como la conocemos. Stefan Zweig, en su maravillosa serie titulada Momentos estelares de la humanidad , describe los chispazos que tuvieron consecuencias enormes. Pero esos chispazos pudieron no ocurrir, y entonces se habrían desbrozado otros caminos.

Aunque el libro de Rosendo Fraga está dedicado a la Argentina, brinda algunas páginas para sintetizar reflexiones que conciernen al universo entero. Por ejemplo, el gran historiador William McNaill, en su obra Gente y Plagas , describe cómo una epidemia mortífera salvó a Jerusalén, en el año 701 a.C., de ser destruida por los asirios, luego de un asedio que pretendía un masivo exterminio. De no haber estallado esa plaga, o de haberse demorado, o de haber sido menos virulenta, no sólo caducaba en ese año la identidad y la religión judías, sino que se tornaban imposibles sus dos gigantescas derivaciones que son el cristianismo y el islam. ¿Nos imaginamos un mundo sin esas vastas religiones?

Otro autor, Josiah Ober, desarrolla las consecuencias que se hubieran originado si un camarada no salvaba a Alejandro Magno de una muerte segura en la batalla del Río Granicus, en el año 334 a.C., frustrando de ese modo la expansión helénica por Asia y Africa, luego por el resto de Europa. Quizá las maravillas de esa civilización habrían quedado sepultadas por milenios.

Otros estudios, siempre basados en hechos, reflexionan sobre las consecuencias de una victoria romana sobre los bárbaros de Europa central, y el avance del imperio hasta el Báltico, provocando una unidad continental sin paralelo. ¿Qué hubiera pasado si Charles Martel no hubiese podido detener, en la batalla de Poitiers, a las victoriosas tropas musulmanas, que en una centuria se habían expandido sobre tres continentes y anhelaban completar la conquista de toda Europa? Y así, de año en año o de siglo en siglo, se pueden conjeturar rutas lógicas que hubiesen conducido a otros finales, tanto de pequeñas regiones como de extensiones inconmensurables.

Además del placer que brinda navegar por esas posibilidades "de novela", que no son novela, se puede adquirir una visión sorprendente sobre acontecimientos que, mirados a la distancia, parecen obvios. No son obvios y estuvieron a un tris de convertirse en otra cosa. Equivale a mirar con lupa y descubrir elementos que exaltan nuestra emoción, refuerzan nuestros conocimientos y nutren el motor imaginativo.

La obra de Rosendo Fraga sigue un orden cronológico que empieza en el Virreinato y se decide por un punto final (transitorio) ubicado en la guerra de las Malvinas. Cada uno de los quince capítulos tiene la insolencia de plantear una pregunta incómoda y jugarse por el despliegue de una respuesta satisfactoria sobre la base de una profusa y bien procesada documentación.

No me resisto a reproducir esas cuestiones, porque son axiales para la comprensión de la historia nacional. ¿Qué habría pasado "si no se hubiese creado el Virreinato del Río de la Plata?, ¿si las invasiones inglesas hubieran tenido éxito? , ¿si San Martín hubiese obedecido al Directorio, que le ordenaba regresar a Buenos Aires en vez de seguir hacia el Perú?, ¿si al general Paz no le hubieran derribado el caballo?, ¿si Rosas hubiese triunfado en Caseros?, ¿si el Paraguay hubiera ganado la Guerra de la Triple Alianza?, ¿si Roca no hubiese ocupado el sur del país?, ¿si hubiera triunfado la revolución del 90?"

El libro se introduce en el siglo XX con otras cuestiones fogosas, de las que aún viven testigos presenciales. Qué habría pasado "si hubiera fracasado la revolución del 30?, ¿si no hubiese tenido lugar la revolución de 1943, o esa revolución hubiera tomado otro camino?, ¿si en 1955 se hubiese precipitado una guerra civil?, ¿si hubiera fracasado el golpe contra Frondizi?, ¿si no hubiese habido un golpe contra Illia?, ¿si no hubiera habido golpe en 1976?, ¿si se hubiese recuperado la soberanía en las islas Malvinas?"

En el fluir de esta obra repasamos nuestro pasado con un estímulo diferente. No se trata del gastado y plagiado revisionismo, ni de la llamada historia oficial, ni de las sombras que impone la alienación ideológica. Nos conduce por el pavimento de hechos indiscutibles, y es a partir de ellos donde tropezamos con un incidente -recordemos: ¿es el azar un sinónimo de destino?- que tuerce el devenir hacia otro derrotero, muy lógico, pero que no fue el hollado. El golpe de timón no es transitorio, sino que genera consecuencias de inconmensurable magnitud.

Ahora que las reivindicaciones indigenistas cargadas de demagogia (apoyo sólo las que de veras benefician a los pueblos originarios) quieren expulsar a Roca del panteón nacional, vale la pena recordar que él incorporó a la soberanía argentina los territorios que le pertenecen en la actualidad. Rosendo Fraga narra qué hubiese pasado si Roca no hubiera asumido la presidencia de la Nación en 1880. En su lugar habría estado Adolfo Alsina, que desechaba los planes de extender la ocupación de la Patagonia, con el argumento de que sería un gasto improductivo, que la tierra no era cultivable y las condiciones de vida parecían una tortura. Entre 1880 y 1883, Alsina hubiera seguido un plan de ocupación gradual que no excediese el Río Negro. Toda iría bien: "Tras cada avance se crean poblados, se distribuyen tierras y se someten a las tribus que optan por quedarse. Tampoco desea colonizar los territorios del gran Chaco, que han quedado bajo la soberanía argentina después de la Guerra del Paraguay".

Pero promediando la presidencia de Alsina tiene lugar un conflicto internacional que crea fuerte tensión. Los colonos galeses del Chubut, en una asamblea, piden la incorporación de sus tierras a la corona británica y proponen crear la colonia del Chubut-Islas Malvinas. Es clara la intención de Gran Bretaña de ocupar una porción de la Patagonia sobre el Atlántico. La explotación de lanares en la región y la conveniencia de dar mayor seguridad estratégica a las Malvinas llevan a que el Foreign Office dé ese paso. El Imperio Británico pasa entonces a sumar tres posesiones en el territorio continental latinoamericano: Belice en América Central, Guyana en el norte y Chubut en la porción austral de América del Sur. Al mismo tiempo Chile, que ha puesto fin a su triunfal Guerra del Pacífico, ocupa militarmente el estrecho de Magallanes, todo el territorio de Santa Cruz e instala una gobernación departamental sobre el Atlántico. En esas condiciones -se pregunta Rosendo Fraga- ¿puede la Argentina enfrentar un conflicto simultáneo con Gran Bretaña y Chile? Prima la convicción de eludir la guerra y concentrarse en la explotación económica inmediata de las tierras fértiles. Argentina se resigna a ser mucho más pequeña. Y se olvida que Sarmiento (otro genio vapuleado por el revisionismo populista) había enviado al comandante Piedrabuena al Sur, cuando los chilenos pretendieron instalarse en la Patagonia aquende los Andes y dispuso, en 1873, que en las escuelas se enseñara que esos territorios son argentinos.

Pero todo eso no ocurre, felizmente, porque el prestigioso ministro de Guerra que fue Alsina había muerto en diciembre de 1877. Esa muerte no prevista facilitó que Roca ascendiera a ministro y luego presidente. Sin Roca no hubiera tenido lugar la campaña del Sur, la colonización del Norte, ni se hubiera sancionado la progresista ley 1420, que impulsó la educación argentina hacia sus niveles más altos.

¿ Qué hubiera pasado si...? Historia argentina contrafáctica es un ejercicio admirable, que debería ser recomendado en colegios y universidades para incrementar la conciencia de errores y aciertos que no deben olvidarse.

jueves, 20 de noviembre de 2008

- DIA DE LA TV -





Día Mundial de la Televisión


21 de Noviembre



El 17 de diciembre de 1996, la Asamblea General de Naciones Unidas proclamó Día Mundial de la Televisión el 21 de noviembre, en conmemoración de la fecha en que se celebró en 1996 el primer Foro Mundial de Televisión en las Naciones Unidas. Se invitó a los Estados Miembros a observar el Día alentando intercambios mundiales de programas de televisión referentes a cuestiones de la paz, la seguridad, el y social y la profundización de los intercambios culturales desarrollo económico.





Un medio de comunicación muy poderoso

Es indudable que la televisión es el medio de comunicación que más fuerza tiene actualmente en el mundo entero. Quizás las nuevas tecnologías como Internet le hagan sombra en el futuro, pero, si como dicen algunas encuestas, los españoles dedicamos a la televisión una media de tres horas y media diarias, nos pasamos gran parte de nuestra vida frente a este aparato.

En el mundo la capacidad de convocatoria de este invento de la década de 1920 es enorme. Hay una media de 228 televisores por cada 1.000 habitantes en todo el planeta.





Sin embargo, este dato también puede reflejar las diferencias entre países ricos y pobres: en 1995 en EE UU había 776 aparatos por cada 1.000 personas y 490 en España frente a 2 en Chad o 3 en Nepal. Pero lo más importante es su capacidad de influencia en la opinión pública, en la manera de ver el mundo que nos rodea; su capacidad de mostrarnos en directo lo que ocurre en otro lado del mundo o de ocultarnos lo que ocurre muy cerca de nosotros; sus posibilidades de divertirnos, informarnos o embaucarnos.





Televisión ¿cultural?


La finalidad de este día mundial es, como indica Naciones Unidas, promover una televisión que, además de entretener, promueva una cultura de paz, seguridad y desarrollo. Pero quizás la situación actual de las televisiones de todo el mundo, en especial en los países del Norte, no se acerque mucho a estas aspiraciones de NU. No es justo ignorar emisoras y programas que realizan labores sociales de gran valor cultural y educativo, especialmente en muchos países en desarrollo, pero la presión de beneficios económicos inmediatos, la falta de criterio cultural y social e, incluso, el desprecio por la audiencia nos acerca cada vez más a lo que se ha llamado la telebasura.





Este es el panorama que abunda cada vez más en muchas televisiones: programas con una calidad mínima que atraen al espectador con situaciones morbosas, sexo, violencia, sensiblería, supersticiones y humor grueso, un exceso de acontecimientos deportivos, telenovelas mediocres, concursos en los que se ridiculiza a los participantes, programas del 'corazón' donde aparecen personajes grotescos que quieren ser famosos a toda costa. Puede parecer que son programas inocentes que sólo buscan divertir, pero pueden tener sus consecuencias: son un obstáculo para la cultura, desinforman más que informar presentado la realidad de una manera simplista y demagógica y, en algunos casos, atentan contra derechos fundamentales como el honor, la intimidad, el respeto o la presunción de inocencia.





Los futuros contenidos de este medio de comunicación dependen también de nosotros, los espectadores. Elegir ver un programa u otro no es algo que carezca de implicaciones. Reclamar un entretenimiento inteligente y una programación de calidad, 'votar' con el mando a distancia cuestionando la calidad de los contenidos es algo que no pasa desapercibido por las grandes compañías que hacen televisión. Si nos conformamos con lo que nos den, por malo que sea, la telebasura seguirá ganando terreno en las emisoras.


- DIA UNIVERSAL DEL NIÑO -




20 de noviembre


Día Universal del Niño



En 1954 la Asamblea General recomendó (resolución 836(IX)) que todos los países instituyeran el Día Universal del Niño, fecha que se dedicaría a la fraternidad y a la comprensión entre los niños del mundo entero y se destinaría a actividades propias para promover el bienestar de los niños del mundo.





La Asamblea sugirió a los gobiernos que celebraran el Día en la fecha que cada uno de ellos estimara conveniente. El día 20 de noviembre marca la fecha en que la Asamblea aprobó la Declaración de los Derechos del Niño en 1959 y la Convención sobre los Derechos del Niño en 1989.





En septiembre de 2000, durante la Cumbre del Milenio, los líderes mundiales elaboraron los ocho objetivos de desarrollo del Milenio (ODM), que abarcan desde la reducción a la mitad de la pobreza extrema hasta la detención de la propagación del VIH/SIDA y la consecución de la enseñanza primaria universal para el año 2015.





Aunque los objetivos del Milenio están dirigidos a toda la humanidad, se refieren principalmente a la infancia. El UNICEF nota que seis de los ocho objetivos incumben directamente a la infancia y que la realización de los dos últimos también traerá mejoras fundamentales a las vidas de los niños y niñas.





(Objetivos de Desarrollo del Milenio, UNICEF.)