viernes, 31 de julio de 2009

- POESIA -





LA POESIA



QUE ES Y DE DONDE VIENE




La Poesía (del griego ποίησις 'creación' < ποιέω 'crear') es un género literario en el que se recurre a las cualidades estéticas del lenguaje, más que a su contenido. Es una de las manifestaciones artísticas más antiguas. La poesía se vale de diversos artificios o procedimientos: a nivel fónico-fonológico, como el sonido; semántico y sintáctico, como el ritmo; o del encabalgamiento de las palabras, así como de la amplitud de significado del lenguaje.





Para algunos autores modernos, la poesía se verifica en el encuentro con cada lector, que otorga nuevos sentidos al texto escrito. De antiguo, la poesía es también considerada por muchos autores una realidad espiritual que está más allá del arte; según esta concepción, la calidad de lo poético trascendería el ámbito de la lengua y del lenguaje. Para el común, la poesía es una forma de expresar emociones, sentimientos, ideas y construcciones de la imaginación.





Aunque antiguamente, tanto el drama como la épica y la lírica se escribían en versos medidos, el término poesía se relaciona habitualmente con la lírica, que, de acuerdo con la Poética de Aristóteles, es el género en el que el autor expresa sus sentimientos y visiones personales.





En un sentido más extenso, se dice que tienen «poesía» situaciones y objetos que inspiran sensaciones arrobadoras o misteriosas, ensoñación o ideas de belleza y perfección. Tradicionalmente referida a la pasión amorosa, la lírica en general, y especialmente la contemporánea, ha abordado tanto cuestiones sentimentales como filosóficas, metafísicas y sociales.





Sin especificidad temática, la poesía moderna se define por su capacidad de síntesis y de asociación. Su principal herramienta es la metáfora; es decir, la expresión que contiene implícita una comparación entre términos que naturalmente se sugieren unos a los otros, o entre los que el poeta encuentra sutiles afinidades. Algunos autores modernos han diferenciado metáfora de imagen, palabras que la retórica tradicional emparenta.





Para esos autores, la imagen es la construcción de una nueva realidad semántica mediante significados que en conjunto sugieren un sentido unívoco y a la vez distinto y extraño. El Día Internacional de la Poesía es el 21 de marzo.
Hay testimonios de lenguaje escrito en forma de poesía en jeroglíficos egipcios de 25 siglos antes de Cristo. Se trata de cantos de labor y religiosos. El Poema de Gilgamesh, obra épica de los sumerios, fue escrito con caracteres cuneiformes y sobre tablas de arcilla unos 2000 años antes de Cristo.





Los cantos de La Ilíada y La Odisea, cuya composición se atribuye a Homero, datan de ocho siglos antes de la era cristiana. Los Veda, libros sagrados del hinduismo, también contienen himnos y su última versión se calcula fue redactada en el siglo III a. C. Por estos y otros textos antiguos se supone justificadamente que los pueblos componían cantos que eran trasmitidos oralmente. Algunos acompañaban los trabajos, otros eran para invocar a las divinidades o celebrarlas y otros para narrar los hechos heroicos de la comunidad.





Los cantos homéricos hablan de episodios muy anteriores a Homero y su estructura permite deducir que circulaban de boca en boca y que eran cantados con acompañamiento de instrumentos musicales. Homero menciona en su obra la figura del aedo (cantor), que narraba sucesos en verso al compás de la lira. El ritmo de los textos no sólo tenía la finalidad de agradar al oído, sino que permitía recordar los cantos con mayor facilidad.





La poesía lírica tuvo expresiones destacadas en la antigua Grecia. El primer poeta que escogió sus motivos en la vida cotidiana, en el período posterior a la vida de Homero, fue Hesíodo, con su obra Los trabajos y los días. A unos 600 años antes de Cristo se remonta la poesía de Safo, poeta nacida en la isla de Delfos, autora de odas celebratorias y canciones nupciales (epitalamios), de las que se conservan fragmentos. Anacreonte, nacido un siglo después, escribió breves piezas, en general dedicadas a celebrar el vino y la juventud, de las que sobrevivieron unas pocas.





Calino de Éfeso y Arquíloco de Paros crearon el género elegíaco, para cantar a los difuntos. Aquíloco fue el primero en utilizar el verso yámbico (construido con «pies» de una sílaba corta y otra larga). También escribió sátiras. En el siglo V a. C. alcanzó su cima la lírica coral, con Píndaro. Se trataba de canciones destinadas a los vencedores de los juegos olímpicos.





Roma creó su poesía basándose en los griegos. La Eneida, de Virgilio, se considera la primera obra maestra de la literatura latina, y fue escrita pocos años antes de la era cristiana, al modo de los cantos épicos griegos, para narrar las peripecias de Eneas, sobreviviente de la guerra de Troya, hasta que llega a Italia. La edad de oro de la poesía latina es la de Lucrecio y Catulo, nacidos en el siglo I a. C., y de Horacio (maestro de la oda), Propercio y Ovidio.





Catulo dedicó toda su poesía a una amada a la que llamaba Lesbia. Sus poemas de amor, directos, simples e intensos, admiraron a los poetas de todos los tiempos.

jueves, 30 de julio de 2009

- HAMBRE -





Veinte mil millones para pequeños agricultores




Contra el hambre en el mundo




Jeffrey D. Sachs
Para LA NACION
Noticias de Opinión



La iniciativa del G-8 de dedicar 20.000 millones de dólares a la financiación de pequeños agricultores y minifundistas, que se decidió en la reciente cumbre del grupo realizada en L´Aquila, Italia, es potencialmente un hito histórico en la lucha contra el hambre y la pobreza extrema. Con una administración seria de los nuevos fondos, la producción de alimentos crecerá notablemente en Africa. De hecho, la nueva iniciativa, combinada con otras en las áreas de salud, educación e infraestructura, podría ser la mayor medida adoptada hasta el momento con respecto al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, el acuerdo internacional destinado a reducir a la mitad la pobreza extrema, la enfermedad y el hambre para el año 2015.

Durante el período 2002-2006, encabecé el Proyecto del Milenio, de las Naciones Unidas, que propendía a cumplir los objetivos de desarrollo del milenio, para el entonces secretario general de la ONU, Kofi Annan. Uno de los pilares del proyecto era el de "los agricultores minifundistas", referido a las familias campesinas de Africa, América latina y Asia, que trabajaban la tierra en terrenos de una hectárea o menos. Esas son algunas de las familias más pobres del mundo e, irónicamente, algunas de las que más sufren el hambre, a pesar de ser productoras de alimentos.

Sufren hambre porque carecen de la posibilidad de comprar semillas de alto rendimiento, fertilizantes, equipos de riego y otros elementos destinados a aumentar la productividad. Como resultado, lo que producen es escaso e insuficiente para abastecer su propia subsistencia. Su pobreza provoca baja productividad agrícola, y la baja productividad agrícola empeora su pobreza. Es un círculo vicioso, que se conoce técnicamente como la trampa de la pobreza.

El equipo de trabajo contra el hambre del Proyecto del Milenio, de la Organización de las Naciones Unidas, encabezado por dos científicos de importancia mundial, M. S. Swaminathan y Pedro Sánchez, estudió el modo de romper ese círculo vicioso. Este equipo determinó que Africa podría incrementar sustancialmente la producción de alimentos si se prestaba ayuda a los agricultores minifundistas, bajo la forma de insumos agrícolas. El Proyecto recomendó un gran incremento de fondos globales destinados a este propósito. Basándose en ese trabajo y en otros hallazgos científicos relacionados, Annan lanzó, en 2004, una convocatoria para instrumentar una Revolución Verde en Africa, basada en una sociedad expandida entre Africa y los países donantes.

Muchos de nosotros, y particularmente el actual secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, hemos trabajado duramente para hacer posible ese propósito, y Ban ha subrayado repetidamente la situación de emergencia especial que representan las crisis alimentaria, financiera y energética de los últimos dos años. El anuncio del G-8 refleja estos años de esfuerzo y, por supuesto, el respaldo del liderazgo del presidente de Estados Unidos, Barack Obama; del presidente del gobierno español, José Luis Zapatero; del primer ministro australiano, Kevin Rudd; del presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick; del comisionado europeo, Louis Michel; del parlamentario europeo Thijs Berman, y otros.

Ahora, la clave es lograr que este esfuerzo funcione. Las enseñanzas de la historia son muy claras. Suministrar semillas y fertilizantes a los pequeños agricultores a precios subsidiados con subvenciones importantes (o incluso gratis en algunos casos) propiciará una situación muy distinta y cambiará las cosas de manera duradera. No sólo aumentará el rendimiento de las cosechas a corto plazo, sino que las familias de agricultores emplearán sus ingresos más altos y su recuperada salud para procurarse otras mejoras: más ganancias, nutrientes y abonos, animales, y garantizar la salud y educación de sus hijos.

A su vez, esos beneficios permitirán que los mercados locales de crédito, tales como los de microfinanciación, empiecen a funcionar. Los agricultores estarán en condiciones de comprar insumos, ya sea con su propio dinero o con créditos otorgados sobre la base de su solvencia recientemente adquirida.

Ya se ha logrado un consenso sobre la necesidad de asistir a los minifundistas, pero aún existen obstáculos. Tal vez el mayor riesgo es que las "burocracias asistenciales" disputan entre sí para apoderarse de esos 20.000 millones de dólares, de manera que gran parte de ese dinero se gasta en reuniones, consultas con expertos, gastos estructurales, informes y más reuniones. Las "sociedades" de donantes pueden convertirse en un costoso fin en sí mismo y postergar así las acciones concretas.

Si los gobiernos donantes realmente quieren resultados, deberían sacar el dinero de las manos de las treinta o más burocracias asistenciales y reunirlo en uno o dos sitios: los más lógicos serían el Banco Mundial de Washington y el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA) de Roma. Una de estas agencias, o las dos, tendrían en ese caso una cuenta de varios miles de millones de dólares.

Los gobiernos de las regiones azotadas por el hambre, especialmente Africa, deberían presentar entonces planes de acción nacionales que proporcionarían detalles sobre el uso que se les daría a los fondos de los donantes para obtener semillas de alto rendimiento, fertilizantes, irrigación, herramientas agrícolas, silos de almacenamiento y asesoramiento local para los empobrecidos agricultores. Un panel de expertos independientes estaría a cargo de examinar los planes nacionales para comprobar su coherencia científica y administrativa. Suponiendo que un plan sea aprobado, el dinero necesario para ponerlo en práctica sería desembolsado rápidamente. Después, cada programa nacional sería monitoreado, auditado y evaluado.

Este enfoque es directo, eficiente, responsable y científicamente sólido. Dos recientes historias de asistencia exitosa han empleado este enfoque: la Alianza Global de Vacunas e Inmunizaciones, que ha logrado inmunizar exitosamente a niños de corta edad, y el fondo global contra el sida, la tuberculosis y la malaria, que apoya los planes de acción nacionales para combatir estas letales enfermedades. Ambos programas han salvado millones de vidas durante la década pasada, y han preparado el camino hacia el logro de un nuevo método, más eficiente y científicamente sólido, de asistencia para el desarrollo.

No resulta sorprendente que muchas agencias de la ONU y algunas agencias asistenciales de los países ricos rechacen este enfoque. Con demasiada frecuencia, la disputa es por no perder terreno, y no sobre la manera más eficaz de acelerar la ayuda para los pobres. Obama, Rudd, Zapatero y otros líderes progresistas pueden cambiar enormemente la situación si cumplen las promesas hechas en el G-8 e insisten en que la asistencia verdaderamente sea eficaz. Es necesario pasar por alto las burocracias para llevar ayuda donde verdaderamente hace falta: a la tierra cultivada por las más pobres familias campesinas del mundo.

(Traducción de Mirta Rosenberg)


El autor dirige el Instituto de la Tierra, en la Universidad de Columbia, EE.UU.

miércoles, 29 de julio de 2009

- ROJAS -




Ricardo Rojas



Poeta, historiador, ensayista, biógrafo, crítico literario y profesor universitario argentino, nacido en Santiago del Estero (en la provincia homónima) en 1882, y fallecido en Buenos Aires en 1957.





Humanista fecundo y polifacético, preocupado tanto por la historia de las Letras como por la indagación acerca de la identidad nacional, dejó un valioso legado crítico e histórico que le convierte en una de las figuras más influyentes del panorama intelectual argentino de la primera mitad del siglo XX.





Nacido en el seno de una familia provinciana perteneciente a esa oligarquía arrinconada y empobrecida por su distanciamiento del floreciente núcleo cosmopolita que comenzaba a ser Buenos Aires, el joven Ricardo Rojas creció envuelto por una inquietud nacionalista que, en cierto modo, era fruto de la necesidad de sentirse ligado -dentro de su forzada lejanía- a una aventura histórica común.





Estas circunstancias biográficas determinaron que, tan pronto como sus innatas dotes intelectuales le hubieron inclinado hacia el estudio de las humanidades, decidiera implicarse estrechamente en la corriente ideológica que, hacia 1910, se extendió por toda la Argentina bajo el nombre de "primer nacionalismo cultural".





Fueron, en este sentido, ejemplares sus labores realizadas en las universidades de La Plata y Buenos Aires -en donde ejerció la docencia en calidad de profesor de Literatura y Filosofía-, y fomentó la creación de una cátedra que habría de convertirse en un hito histórico dentro de la andadura universitaria de la joven nación: la de Literatura Argentina.





Además, impulsó de forma decisiva la creación de un instituto de investigaciones que permitió desarrollar numerosos aspectos de su propio proyecto y de otros objetivos ajenos, y ofreció un vigoroso apoyo a la publicación de documentos históricos relacionados con el pasado argentino, así como a la edición de obras literarias de toda índole (aunque con especial atención a los clásicos universales y las piezas emblemáticas del hasta entonces exiguo corpus libresco específicamente argentino).





Rojas fue, en efecto, uno de los responsables de la fijación del Martín Fierro (1872), de José Hernández (1834-1886), como la piedra fundamental de la identidad cultural argentina, dentro de una más amplia concepción del género gauchesco como el elemento emblemático de una literatura específicamente argentina, y opuesta -por esta misma especificidad- a lo que, ante el crisol cosmopolita de las aportaciones de los distintos grupos de emigrantes, el propio Rojas tildó de "babelización" del país.





Cabe señalar, al respecto, que todo su trabajo de reconstrucción histórica y análisis del presente descansa en dos corrientes de pensamiento plenamente decimonónicas: el romanticismo (patente en su apasionada búsqueda de las señas de identidad nacional; en la valoración ética y estética de ciertos modelos indiscutiblemente románticos -como el gaucho-; etc.) y el positivismo (que confiere a su trabajo un acusado acento historicista, y una metodología basada en la ordenación cronológica de los distintos períodos abarcados).

Sin duda alguna, la obra que mejor define todas las características e intenciones del proyecto cultural de Ricardo Rojas es su monumental Historia de la literatura argentina (Buenos Aires: La Facultad, 1917-1922), publicada en cuatro volúmenes y considerada la primera reconstrucción histórica de las Letras australes propiamente dicha.

A pesar de su importancia como instrumento imprescindible para el estudio de la literatura hispanoamericana, este valioso trabajo de Ricardo Rojas anuncia, ya desde su explícito subtítulo (Ensayo filosófico sobre la cultura en el Plata), un ambicioso objetivo que rebasa las meras preocupaciones del crítico literario para adentrarse en profundas reflexiones acerca de la identidad cultural de la nación.

El resto de su producción impresa se completa con otros títulos tan notables como El alma española (Valencia: Sempere, 1907); La restauración nacionalista (Buenos Aires: Ministerio de Justicia e Instrucción pública, 1909); Blasón de Plata (Buenos Aires: La Nación, 1910); Los lises del blasón (Buenos Aires: Martín García, 1911); La argentinidad (Buenos Aires: La Facultad, 1916); Eurindia (Buenos Aires: La Facultad, 1924); La historia en las escuelas (Buenos Aires: La Facultad, 1930); El radicalismo de mañana (Buenos Aires: Rosso, 1932); El santo de la espada: Vida de San Martín (Buenos Aires: Anaconda, 1933); Ollantay. Tragedia de los Andes (Buenos Aires: Losada, 1939); Un profeta de la pampa. Vida de Sarmiento (Buenos Aires: Losada, 1945). Otras obras suyas son El país de la selva y Archipiélago.

Además de estos títulos, Ricardo Rojas -cuya residencia bonaerense se convirtió, después de su muerte, en biblioteca y museo- fue autor del poemario juvenil Romance de ausencias, en el que son notables las influencias del modernismo y el neo-romanticismo.

martes, 28 de julio de 2009

- EDUCACION -




Según un estudio de la Unesco sobre América latina



Educación, un derecho vulnerado



Bernardo Kliksberg
Para LA NACION
Noticias de Opinión
Ilustración: Alfredo Sabat



Todas las constituciones garantizan, en América latina, el derecho a la educación. Se repite con énfasis en los discursos que la educación debe ser la prioridad. En el siglo XXI, está muy claro que sin educación no hay futuro para las personas, las familias, ni los países. En la región, han habido avances relevantes: más del 90% de los niños ingresan en la primaria, el analfabetismo es reducido. Sin embargo, varios estudios recientes -como el riguroso y documentado Serce-Unesco 2002-2008, el "Informe de seguimiento de la educación para todos en el mundo, 2009", y otros- muestran brechas muy agudas, como las anotadas a continuación.

1. Escuelas mal dotadas


Si la educación es prioridad, debería reflejarse en que la escuela tuviera los recursos básicos: agua potable, baños suficientes, biblioteca, una sala de computación, un número razonable de computadoras.

En la región, de acuerdo con Serce-Unesco, el 20% de las escuelas no tienen agua potable, un 33% no tienen baños suficientes, un 47% no tienen bibliotecas, un 63% no tienen sala de computación y hay, en promedio, 16 computadoras por escuela.

Con niveles mejores y con esfuerzos importantes, también las cifras argentinas de 2006, que relevó el estudio, indican un largo camino por recorrer: el 18% de las escuelas carecían de agua potable, el 25% no tenían baños suficientes, el 26% no tenían bibliotecas, el 52% no tenían sala de computación, sólo había 12,5 computadoras promedio por escuela.

2. Maestros insuficientemente pagados


Mientras que en Finlandia, Israel o en Suiza ser maestro es una profesión buscada que implica recibir un sueldo mejor que el promedio y tener por delante una carrera con múltiples estímulos, en América latina esa condición, que tenía alta jerarquía social un siglo atrás, se halla ahora desvalorizada. Los ingresos son inferiores a los promedios del mercado, los estímulos muy limitados, la subsistencia difícil. El relevamiento encontró que el 36% de los maestros de 6º grado tenían otro trabajo para poder salir adelante.

3. Niños que trabajan

La condición mínima para que un niño pueda cursar en la escuela primaria es que se pueda dedicar totalmente a ella. No se concibe otra posibilidad en ningún sistema educativo. En América latina, no funciona así para los niños más desfavorecidos. De todos los niños que están en 6º grado de primaria, el 11% trabaja. Casi todos ellos son niños humildes. En Guatemala, la cifra sube al 17,5% y en República Dominicana es el 14%. En la Argentina se estimaba en el 6%.

4. Calidades desiguales

No se trata sólo de cursar una cantidad de años en la escuela, sino, al mismo tiempo, de los contenidos que se reciben. Es fundamental que los niños puedan acceder a una educación de calidad. Las cifras indican desniveles de gran importancia entre las escuelas rurales y las urbanas. Las primeras están en desventaja absoluta en todos los planos y ello se refleja, finalmente, en el rendimiento de los niños. Entre las urbanas, a su vez, las privadas tienen mejor dotación, más recursos de aprendizaje, mejores sueldos, facilidades de computación.

5. Aprendizajes deficitarios

Estas restricciones, y otras ajenas totalmente a la escuela, que vienen del hecho de que muchos niños proceden de familias pobres, con padres con primaria incompleta, con viviendas hacinadas, y tienen en diversos casos insuficiencias alimentarias, llevan a rendimientos problemáticos.

Al medir el nivel de conocimientos de los niños de tercer grado de primaria en una escala de cuatro niveles, el 40% de los niños no superaban el nivel más simple en matemáticas y ciencias, y el 32% no lo superaba en lectura. Ejemplificando, se señala en los informes: "En Perú, tan sólo el 30% de los alumnos de primer grado y el 50% de los de segundo grado podían leer pasajes sencillos de un libro de texto de primer grado. En Guatemala y en la República Dominicana es muy escaso el nivel de dominio de la lectura de la mitad o más de los alumnos de tercer grado de primaria".

En la prueba Internacional PISA, de medición de conocimientos, los pocos países latinoamericanos que participaron quedaron muy rezagados.

Los serios problemas en educación en América latina están estructuralmente ligados a los altos niveles de desigualdad de la región. El estudio Serce-Unesco muestra una fuerte correlación estadística entre los coeficientes Gini -que miden la desigualdad en la distribución de los ingresos- y el rendimiento. Cuanto más alta la iniquidad peor, finalmente, el rendimiento escolar. Los amplios sectores de niños que pertenecen a los estratos con poca participación en el ingreso van a tener condiciones muy desfavorables para poder completar la escuela y rendir en ella. Así, sólo el 43,9% de los niños de la región terminan la escuela primaria a tiempo, en la edad y en la extensión de años programada.

A su vez, la escuela con los déficits de recursos y las brechas de calidad referidas acentúa las desigualdades. Los niños reciben educaciones totalmente diferenciadas, que van a determinar posibilidades muy disimiles de acceso al mercado de trabajo. Señala la Unesco (2009):

"La desigualdad de oportunidades en la educación es un factor de acrecentamiento de la pobreza, el hambre y la mortalidad infantil, y mengua las perspectivas de crecimiento económico. Por eso, los gobiernos deben actuar con un mayor sentido de la urgencia".

¿Se puede romper este "círculo perverso" de reproducción de desigualdades? ¿Se puede hacer que el derecho a la educación fijados en las constituciones, y repetido en el discurso, deje de ser un derecho retórico para muchos niños y se transforme en real?

Hay un gran trabajo por hacer con el aporte de toda la sociedad. Una de sus expresiones será mostrar en los presupuestos la voluntad de llevarlo adelante. Los datos dicen que la media regional en cuanto a gasto público en educación es del 4,1%, a distancia de la necesaria, inferior al 4,4% de los países en desarrollo, al 5,3% de los países desarrollados y casi la mitad de la de los países más avanzados en educación, como los nórdicos, del sudeste asiático, Israel. Estos últimos son en alta medida por sus inversiones educativas líderes en generación de tecnologías de punta y competitividad.

Es hora de restituir a los niños y niñas del continente este derecho esencial triunfante en el discurso, pero precarizado en los hechos.

Bernardo Kliksberg es asesor de la Dirección Regional del PNUD/ONU para América latina.

lunes, 27 de julio de 2009

- DUMAS -






Alejandro Dumas



Escritor prolífico




Hijo del general francés Thomas Alesandre Davy de la Pailleterie, más conocido como Thomas-Alexandre Dumas hijo del Marqués Antoine-Alexandre Davy de la Pailleterie quien se casó con Marie-Céssette Dumas, una esclava negra de las islas Indias del Oeste de Saint Domingue. Su abuelo era un hombre díscolo que buscó amor y fortuna en América, el cual también se casó con una mujer negra. Por tanto el padre de Dumas también era mestizo.





El Padre de Dumas murió cuando él tenía cuatro años de edad. Dada la exigua pensión de que disponía su madre, Dumas recibió una escasa educación escolar. Con unos estudios deficientes empezó a trabajar como mensajero, vendedor de tabaco y como pasante de un notario y, con su amigo, el vizconde Adolphe Ribbing de Leuven, escribe sus primeras obras. Estos balbuceos teatrales fueron otros tantos fracasos. También tradujo la obra de Walter Scott Ivanhoe.





En 1823 se instala en París y entra al servicio del Duque d'Orléans como escribiente, gracias a su perfecta caligrafía y a la recomendación del General Foy. Continúa escribiendo y completando su formación de manera autodidacta.





Con la representación, por la Comédie française en 1829, de Enrique III y su corte, consigue gran notoriedad y, en 1831, con Anthony alcanza su primer éxito. Éxito que continuará a lo largo de su carrera literaria con el género de su predilección: el drama y la novela histórica.





Es un autor prolífico (tragedias, dramas, melodramas, aventuras...) aunque, para atender a la creciente demanda del público, tuvo que recurrir a la ayuda, notoria, de "colaboradores" entre los que destacó Auguste Maquet (1839-1851) que intervino en varias de sus novelas, entre ellas Los tres mosqueteros y El Conde de Montecristo (1844).





Gran admirador de Walter Scott, sus novelas históricas llenas de vivacidad y pintoresquismo, gozaron del beneplácito del público propiciado por su publicación, por entregas, en los periódicos.





Amasó una considerable fortuna que dilapidó con prodigalidad en fiestas y cenas, además de construir un castillo llamado Montecristo. Formó parte activa en la revolución de 1848, con lo que se vio involucrado en problemas políticos. Por estas fechas conoce a un joven Julio Verne.





En ese mismo año rompió su relación con Macquet, el cual le denunció por haberse aprovechado de él. El juicio dictó que tenía que pagarle 145.000 francos en 10 años. Asediado por los acreedores, huyó a Bruselas en 1851. Fue criticado, censurado y denostado. Regresó a París en 1853 y se embarcó en diversas empresas, a cual más ruinosa. En 1847 fundó el Théâtre Historique que, cuatro años más tarde, fue a la bancarrota. Fue también fundador del semanario Le Monte-Christo (1857-1860) que también quebró.





Realizó diversos viajes, Gran Bretaña, Rusia, Italia, Alemania, Suiza, Arabia, trabajando de corresponsal y aprendiendo inglés, italiano y alemán. En Italia conoció a Giuseppe Garibaldi con el que colaboró en su revolución, en Sicilia, en 1860. Publicó dos obras sobre el libertador. Casi arruinado se refugió en casa de su hijo, también escritor, y allí murió.





Publicó aproximadamente 300 obras y numerosos artículos, convirtiéndose en uno de los autores más prolíficos y populares de Francia. Sus novelas van desde la aventura a la fantasía, pasando por la Historia. En 1869 inicia Le Grand Dictionnaire de Cuisine, que sería publicado, póstumamente, en 1873.


domingo, 26 de julio de 2009

- GOBERNAR -




¿Se puede aprender a gobernar?


En la última década los programas de capacitación en gestión pública se multiplicaron por todo el país, en respuesta a una demanda que sigue creciendo. La falta de confianza en los políticos se cuenta entre las razones de este auge, como también la necesidad de apostar a una nueva dirigencia


Enrique Fraga
Para LA NACION
Noticias de Enfoques



Ya se le había ocurrido a Quino hace algunas décadas cuando en una de las tiras de "Mafalda" uno de los personjes proponía formar una escuela para enseñarles a gobernar a los presidentes de la Argentina. El remate del chiste, claro, los volvió a dejar sin palabras: ¿quiénes serían los maestros?

Por lo pronto, parece que cada vez hay más alumnos. Los especialistas coinciden en que la demanda en instrucción para la función pública está en aumento: en la última década la cantidad de programas dictados en el país se multiplicó por diez. Así lo confirmó Nicolás Ducoté, director general de Cippec. "Por año, en los 90 no había más de 200 personas interesadas en cursar. Hoy llegan a 1500", explicó, y asegura que este crecimiento se expresó también en el ámbito público y académico.

"Debido a la crisis, el Estado se volvió un actor fundamental y requiere cada vez más gente capacitada", coincidió la directora de la carrera de gobierno de la Universidad Argentina de la Empresa, Estela Garau.

En tanto, según registra la Comisión Nacional de Educación y AcreditaciónUniversitaria, hay en el país una decena de especializaciones de posgrado dedicadas a la gestión pública. En 2008, el Instituto Nacional de Capacitación Política, que depende del Ministerio del Interior, desarrolló un programa de formación de dirigentes e inauguró sedes en 13 provincias. Fuentes del organismo informaron que asistieron en promedio unas 800 personas por curso.

Con cupos limitados o abiertos a la comunidad, las reglas de admisión las pone la organización anfitriona: estudiantes universitarios, líderes comunitarios, empresarios y funcionarios públicos de distintos estamentos, pero también políticos de primera línea. Lo curioso es que el perfil de los alumnos no siempre está asociado con la política tradicional. En la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), en 2008, la mitad del centenar de interesados en su escuela de formación política fueron jóvenes sin militancia.

En líneas generales, los módulos dictados abordan temáticas como la construcción del liderazgo, el respeto por las instituciones, el fortalecimiento del Estado y el desarrollo de una cultura democrática en la que convivan distintas ideologías. Pero las diversas opciones son seductoras no sólo para jóvenes que quieren forjar sus primeras herramientas en el sector. También son punto de reunión de funcionarios ya formados y con importante trayectoria.

"Nuestro diagnóstico es que la principal traba que posee el desarrollo del país es un problema de formación de su dirigencia política. Hasta que no exista gente capacitada profesionalmente, el resto de los problemas de la sociedad no podrá resolverse", explicó el presidente de la Fundación Contemporánea, Simón Bestani, cuya organización se dedica a la preparación de dirigentes y tiene sedes en Capital Federal, Buenos Aires y Mendoza.

Tradicionalmente fueron los partidos políticos los encargados de formar a los dirigentes y educar a sus miembros en el manejo de la cosa pública. Pero, seguramente, la crisis de los partidos como faros de la vida institucional -que tantas marcas ha dejado en la cultura política del país- y el desprestigio de la política ante la sociedad civil dieron impulso a esta nueva demanda de formación específica.

"Los partidos dejaron de formar a sus cuadros. Las fundaciones, por ejemplo, ofrecen un espacio de capacitación del que las antiguas estructuras partidarias hoy carecen. Esto permite la formación de cuadros de políticos profesionales", explicó la investigadora de la Universidad Católica Argentina Adriana Sirito.

"En la Argentina los partidos se dedicaron a hacer militancia punteril y no promovieron la instrucción. Nosotros complementamos la vocación militante con la enseñanza para gestionar una realidad cada vez más compleja", dijo a LA NACION Guillermo Chaves, director del Instituto Nacional de Capacitación Política (Incap).

César Tcach, director de la escuela de formación política que funciona en la UNC, coincide en el diagnóstico. "Nuestra propuesta surgió ante la necesidad de aportar un grano de arena para elevar la calidad institucional en la Argentina. A diferencia de Chile y Uruguay, aquí la dirigencia no sobresale intelectualmente", opinó Tcach y admitió su intento por reformar la calidad educativa de los dirigentes "navega contra la corriente". "Hay una devaluación de la política que a veces viene del mensaje de los mismos políticos. Sin embargo, aquí contrarrestamos esas tendencias. Apostamos a que en los partidos se obedezcan reglas y no a personas".

Según Bestani, de la Fundación Contemporánea, a la dirigencia actual le hace falta una capacidad de administración con visión estratégica. "Es por eso que no sólo enseñamos a administrar, sino también a desarrollar una estrategia política", agregó.

Muchas entidades surgidas al calor de algún referente político mantienen entre sus actividades la formación de dirigentes y cuadros. Entre ellos, el instituto Hanna Arendt, cuyo referente es la titular de la Coalición Cívica Elisa Carrió, la fundación Creer y crecer, del jefe de gobierno porteño Mauricio Macri, el Grupo Sophia, de su jefe de gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, el más reciente Consenso para el Desarrollo Argentino (CODA) creado por el vicepresidente Julio Cobos en octubre último.

"Esta fundación no surgió con un objetivo electoral", explicó la diputada cobista Laura Montero, quien preside la organización. "Lo que se intenta es armar mecanismos de participación ciudadana, pero sin ingresar a los esquemas políticos tradicionales".

En la misma línea, en el Instituto Hanna Arendt, fundado en 2004, se definen como formadores "de ciudadanos" y no de "cuadros políticos". "Por supuesto que estamos disputando el poder, pero no sólo para conseguir cargos", explicó Diana Maffia, directora académica del instituto. "Tratamos de realizar un cambio cultural para transformar la política".

"La gestión pública suele tener una mala imagen", explicó el diputado nacional Esteban Bullrich por Recrear, cuya institución recibió 350 alumnos en 2008. "Por eso ofrecemos la posibilidad para estudiarla y armar un espacio en el que se interactúe con funcionarios, quienes aportan su experiencia".

"Más que a capacitarse académicamente, los políticos vienen a buscar información sobre temas de actualidad", comentó Gerardo Bongiovanni, presidente de la Fundación Libertad, de Rosario, que organiza seminarios de economía a los que han asistido los ex gobernadores de Santa Fe Carlos Reutemann, Jorge Obeid y el actual mandatario de la provincia, Hermes Binner.

La Red de Acción Política (RAP) es otra fundación que invita a políticos a participar de actividades de formación. En su página web figuran como parte de su plantel legisladores nacionales y provinciales, concejales e intendentes, pero también gobernadores como Celso Jaque (Mendoza) Fabiana Ríos (Tierra del Fuego), Jorge Sapag (Neuquén), Juan Manuel Urtubey (Salta) y la ex vicejefa del gobierno porteño y diputada electa Gabriela Michetti.

"En noviembre de 2008 viajamos a España junto con los gobernadores Fabiana Ríos, Juan Manuel Urtubey y Hermes Binner. Visitamos los distritos de Andalucía y Castilla y León en donde no sólo se observaron realidades de gestión distintas, también surgieron oportunidades de cooperación", contó el titular de RAP Alan Clutterbuck.

Estas nuevas vías de acceso al mundo de la política generan diferentes opiniones. En muchos casos, se ven obligados a aclarar que para ejercer el poder se necesita algo más que estar bien capacitado intelectualmente. Entre la vieja escuela y la nueva, quizás no haya todavía suficiente interconexión. "La formación nunca puede sustituir a la militancia política", opinó el ex ministro del interior y ex legislador por la UCR Federico Storani. "La militancia no es sólo ir a un curso. Es preparar un local partidario, llevar las sillas a las 7 de la mañana para una reunión y resignar muchos aspectos de la vida personal".

También Miguel Rossi, quien dicta teoría política en el Incap y es profesor en la Universidad de Buenos Aires, apunta en esa dirección. "Se puede ser doctor en Ciencias Políticas y, a la vez, un mal político. El buen político es un artista que trabaja con la energía humana para conducir un conjunto colectivo. Deben existir una vocación de servicio, una pulsión y, desde ya, una necesidad de poder."

Según Nicolás Ducoté, de CIPPEC, "no se puede hacer a alguien más carismático, pero sí se pueden mejorar las habilidades de la gestión como aprender a armar un presupuesto o a administrar mejor los recursos del Estado".

En otra línea, Alan Clutterbuck, de RAP, consideró: "Es posible formar un político. No creo que se nazca de una manera. Luego de la crisis de 2001 mucha gente que no pensaba hacer política vio la necesidad de entrar en ella y hoy posee responsabilidades importantes. Tenemos la capacidad de desarrollar habilidades y destrezas".

Más allá de las tensiones entre la nueva y la vieja escuela, en lo que los protagonistas de este auge coinciden es en que, del grado de la capacitación de la nueva generación política dependerá que el país se encamine, o no, hacia el desarrollo.

© LA NACION

sábado, 25 de julio de 2009

- PUGLIESE -




Osvaldo Pugliese


Maestro de Tango


Icono de Villa Crespo




Fue un pianista, director y compositor argentino dedicado al tango. Nació el 2 de diciembre de 1905 en el barrio porteño de Villa Crespo en la Ciudad de Buenos Aires, en el seno de una familia de músicos, aunque no tan talentosos como él. Su padre, Adolfo Pugliese, tocaba la flauta en los conjuntos de barrio, esencialmente en cuartetos. Dos de sus hermanos mayores, Vicente Salvador y Alberto Roque, también eran músicos.





Adolfo, su padre, lo ayudó a hacer sus primeros "palotes" en la música, le compró un violín con el que fue enviado al Conservatorio Odeón del barrio de Villa Crespo. Pero en este lugar encontró el instrumento que sería parte de su vida y el que lo destacaría por encima de muchos: el piano.





Estudió con grandes maestros como Vicente Scaramuzza y Pedro Rubione, con los cuales se convirtió en un extraordinario pianista.
A los quince años ya integraba un trío junto al bandoneonista Domingo Faillac y el violinista Alfredo Ferrito, con los que debutó ante el público en un bar de barrio (en Argentina denominados genéricamente: cafés) llamado Café de la Chancha, nombre que le otorgaran los parroquianos en alusión a la poca higiene de su dueño y del lugar.





Tiempo después pudo llegar a la Gran Ciudad, Buenos Aires, donde debutó integrando un conjunto que tenía, como particularidad, a la primera mujer bandoneonista del país: Francisca Cruz Bernardo. Más conocida como "Paquita", "La Flor de Villa Crespo", era la directora de aquella orquesta típica. Y quien comprendió el afán monetario de Osvaldo Pugliese y aceptó su alejamiento en aras de un mejor porvenir económico.





Más tarde y ya con mucha más experiencia y soltura formó parte del cuarteto de Enrique Pollet (1924), y luego de la orquesta de otro famoso de su tiempo, Roberto Firpo. Ya en 1926, era el pianista de la orquesta del gran bandoneonista Pedro Maffia, continuado con su ascenso en el mundo del tango y tomando cada día más y más prestigio.





Pero el sueño de Osvaldo Pugliese era tener su propia orquesta. Fue así que se desvinculó de la de Pedro Maffia, en 1929, junto con el violinista Elvino Vardaro para formar su propio conjunto. Ambos tocaron por primera vez en el café Nacional con gran repercusión, lo que los empujó a hacer una gira por todo el país.





Sin embargo, la gira fue un fracaso económico y debieron empeñar parte de sus instrumentos para conseguir los pasajes de regreso a su ciudad. A su retorno integró la orquesta de Alfredo Gobbi, y más tarde acompañó a Daniel Álvarez "Sardina", Roberto Firpo y Miguel Caló.





Pero Pugliese nunca abandonó su sueño y fue así que en 1936 creó un sexteto junto a Alfredo Calabró, Juan Abelardo Fernández y Marcos Madrigal (bandoneones), Rolando Curzel y Juan Pedro Potenza (violines), Aniceto Rossi (contrabajo), del cual era su director. Debutaron en la famosa Avenida Corrientes, en el Germinal.





Este fue el punto de partida de su orquesta. La misma fue presentada en el café El Nacional el 11 de agosto de 1939, orquesta que, aunque con los lógicos recambios, lo acompañaría durante 55 años. Durante todo ese tiempo, Don Osvaldo compuso más de 150 temas, algunos muy famosos como Recuerdos, La Beba, Negracha, Malandraca y su himno La yumba. Además grabó más de 600 temas de otros autores.





Pero no era tan sólo un gran pianista, también era un ciudadano comprometido con la sociedad. En 1935 impulsó el Sindicato Argentino de Músicos del que fue el afiliado número 5. Inició, entonces, una lucha "... donde el trabajo sea una dignidad personal y no un castigo". En 1936 se afilió al joven Partido Comunista Argentino (108 era su número de afiliación).





Esto y sus ideas provocaron que fuera perseguido, censurado y encarcelado durante el gobierno de Juan Domingo Perón y luego durante el gobierno de facto conocido como la autodenominada Revolución Libertadora. Pero durante el tiempo que duraron sus penurias, su orquesta no dejó de tocar, aunque huérfana de su director.





Recibió innumerables distinciones. El gobierno de Cuba le otorgó la medalla Alejo Carpentier, la más importante distinción cultural de la isla; el gobierno francés lo nombró Commandeur de L'Ordre des Arts et Letters (1988). En tanto su ciudad, la Ciudad de Buenos Aires, en 1986 lo declara Ciudadano Ilustre. Y en 1989, SADAIC (Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música) y la Asociación de Coleccionistas de Tango, descubrió una placa en la Avenida Corrientes (al 960) en conmemoración de los 50 años del maestro frente a su orquesta. En 1990, recibió el título de Académico Honorario de la Academia Nacional del Tango.





‎Por su orquesta pasaron cantores de la talla de Roberto Chanel, Alberto Morán, Jorge Vidal, Jorge Maciel, Miguel Montero, Alfredo Belusi, Adrián Guida y Abel Córdoba; este último cantó durante 30 años en la orquesta del maestro Pugliese.
Tal era la talla artística de este hombre que en 1985 logra lo que nadie hasta entonces: el 26 de diciembre de ese año, para festejar su cumpleaños número 80, su orquesta tocaría en el conocidísimo Teatro Colón de la Ciudad de Buenos Aires, lugar reservado casi exclusivamente para la música y lírica clásicas. Obviamente el teatro estaba repleto de público viendo al maestro interpretar obras de sus, por entonces, 46 años ininterrumpidos de actividad.





Finalmente, el 25 de julio de 1995 y después de una breve enfermedad, falleció a los 89 años de edad en la ciudad de Buenos Aires, su ciudad. Sus restos fueron velados en el Consejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires y luego llevados hacia el cementerio de la Chacarita por la emblemática avenida Corrientes a contramano del tránsito.





Allí descansan, en un imponente mausoleo construido con el aporte de amantes del tango de muchos países del mundo a partir del trabajo de una Comisión de Amigos y de la perseverancia y el empuje de su viuda y compañera de vida Lydia Elman. Para gozo de aquellos que lo admiraron, su estirpe sigue viva en otra gran pianista: Beba Pugliese, su hija y en Carla Pugliese, su nieta, también pianista y gran innovadora del tango.





Recibió el Premio Konex en tres ocasiones: en 1985 por Director de Orquesta típica (Platino), en 1995 una mención especial y en 2005 un premio de honor.