jueves, 31 de julio de 2008

- ROBO AL PATRIMONIO -




ROBO A BERNI

Consideran "imposible" vender las obras de Berni


Interpol publicó la lista en Internet y buscan al entregador de las quince pinturas; también sospechan de piratas del asfalto



El ministro argentino de Justicia, Aníbal Fernández, dijo hoy que para los expertos "es imposible" que puedan ser vendidas las 15 pinturas de Antonio Berni robadas el sábado en las afueras de Buenos Aires. Dijo que las fuerzas de seguridad han concentrado su esfuerzo "en evitar que las obras de arte robadas puedan salir del país".





Además la fiscal de San Isidro Claudia Gamboto ordenó que especialistas de la Policía Federal se sumen a la investigación del robo los 15 óleos, valuadas en al menos cuatro millones de dólares, informaron hoy fuentes oficiales.

La principal hipótesis manejada hasta ahora por los investigadores, según las fuentes, es que se trataría de piratas del asfalto que dieron un golpe al voleo, sin saber el contenido del camión, y estando ya en pleno asalto se encontraron con el valioso botín artístico.





Los cuadros de Antonio Berni robados anteayer en la calle en Munro ya figuran en Internet y los investigadores buscan el nombre del entregador que habría filtrado la información sobre el traslado de las obras.

Si bien no se descarta la posibilidad de un pedido de rescate al propietario de las piezas -el hijo del artista, José Antonio Berni-, los detectives de la policía bonaerense se reunieron ayer con directivos de la empresa responsable del movimiento de las obras, Delmiro Méndez e Hijo SA. Según fuentes del Ministerio de Seguridad bonaerense, buscaban reconstruir el procedimiento que permitió a los delincuentes interceptar al camión que debía trasladar los cuadros desde el depósito de esa empresa, en Munro, hasta la casa del hijo del pintor, en la Capital.





Como informó ayer LA NACION, es norma de esa empresa, con 80 años de antigüedad en el tema, mantener la confidencialidad sobre el contenido de los traslados. Uno de sus propietarios, Lucio Méndez, dijo el día del robo que "muy poca gente sabía lo que se trasladaba, y los empleados se enteran de lo que tienen que llevar en el momento. La información no salió de la empresa".

A sólo dos cuadras del depósito de Méndez, a las 7.45 del sábado, dos hombres vestidos con ropas similares a las que usan los policías detuvieron el camión con los cuadros. A punta de pistola condujeron a los tres empleados de Delmiro Méndez a la ruta Panamericana, donde los esperaban otro hombre y un camión. De las 17 obras que llevaban, los delincuentes dejaron dos, porque no cabían en su camión. Entretuvieron a los empleados de la empresa de traslados, les ofrecieron desayunar y les dejaron mil pesos a cada uno. Excepto por estos últimos detalles, el modus operandi de los delincuentes es el mismo de una banda detenida por la policía bonaerense hace unos dos meses.





Fuentes policiales estimaron ayer, en diálogo con LA NACION, que los autores del robo serían argentinos. Descartan la posibilidad de que haya sido patrocinado por intereses foráneos, dado el interés casi exclusivamente nacional por las obras de Berni.

El comportamiento del mercado de arte argentino orienta también las hipótesis sobre cuáles podrían ser los futuros movimientos de quienes se apoderaron de los cuadros. "Es probable que intenten venderlos a personas que ya hayan adquirido objetos de arte robados, pero les resultará muy difícil porque ya tienen pedido de secuestro", dijo un vocero de Interpol. Opinó que sería muy dificil que puedan ser sacadas del país, por lo que considera firme la posibilidad de que pidan rescate.






Obras en la Web


Desde la madrugada de ayer, los cuadros robados figuran en la página web de Interpol ( www.interpol.gov.ar ). Fueron ingresados a ese sitio por agentes de la policía, con la colaboración de José Antonio Berni, en la noche del sábado.

Las fotos de los quince cuadros y sus descripciones se sumaron a los pedidos de secuestro de otras ocho obras del mismo artista que fueron robadas entre 1989 y 2007. Si bien la evaluación de las obras alcanzaría los cuatro millones de dólares, según fuentes de Interpol, el monto del seguro no sería muy alto.





Para los detectives, la investigación llevará meses. Ayer dieron apenas los primeros pasos. El hijo del recordado artista rosarino, en diálogo con LA NACION, auguró que los plazos serán más breves. "Esperemos que en cualquier momento nos enteremos de que dejaron los cuadros «olvidados»en algún lugar", dijo.


Silvina Premat
adnCultura
La Nación

martes, 29 de julio de 2008

- SABIDURIA -





Frases y citas célebres


sobre La Sabiduría





El más tonto sabe más en
su casa que el sabio
en la ajena.
Cervantes

Los hombres sabios aprenden
con los errores que otros
cometen; los tontos,
con los propios.
H. G. Bohn

El sabio sabe que ignora.
Confucio

La sabiduría es hija
de la experiencia.
Leonardo da Vinci

El hombre sabio, incluso
cuando calla, dice más que
el necio cuando habla.
Thomas Fuller

El hombre sabio no lo
es en todas las cosas.
Montaigne

La sabiduría es un adorno
en la prosperidad y un
refugio en la adversidad.
Aristóteles

Saber y saberlo demostrar,
es valer dos veces.
Baltasar Gracián

Para obtener éxito en el mundo,
hay que parecer loco y ser sabio.
Montequieu

El sabio no dice nunca
todo lo que piensa,
pero siempre piensa
todo lo que dice.
Aristóteles

La sabiduria nos llega
cuando ya no nos sirve de nada.
Gabriel García Márquez

Por los defectos de los demas,
el sabio corrige los propios.
Pubilio Siro

Sólo la inteligencia
se examina a sí misma.
Jaime Balmes

El conocimiento y la
comprensión sobre los
demás es sabiduría.
Lao-tsé

El hombre que sabe
no habla. El hombre que
habla, no sabe.
Lao-Tsé

El sabio sólo usa de acritud
contra sí mismo, y es
amable con los demás.
Plutarco

El que sabe mucho,
tiene mucho de qué
preocuparse.
Lessing

Con el conocimiento
se acrecientan las dudas.
Goethe

Los sabios buscan la sabiduría;
los necios creen haberla encontrado.
Napoleón

La gran sabiduría, que mira
lo lejano y lo cercano,
no juzga poco lo pequeño
ni mucho lo grande.
Yutang

Los cocodrilos vierten
lágrimas cuando devoran a
sus víctimas.
He ahí su sabiduría.
Francis Bacon

Lo último que uno sabe
es por donde empezar.
Blaise Pascal

Sólo sé que no sé nada.
Sócrates

lunes, 28 de julio de 2008

- NO PECARAS... -




Palabras como señales de alarma


Por Lucas Colonna

De la Redacción de LA NACION



"JUDAS", "Traidor", "Saludos a Vandor", "Limitar la resolución 125", "Democracia condicionada". Apelaciones bíblicas, reivindicaciones a la violencia histórica, sugerencias crípticas del presente y del futuro... Esas fueron las reacciones del kirchnerismo después del voto de Julio Cobos. Lejos de apaciguar los ánimos sociales, esas palabras produjeron profunda tensión. Y podrían revelar más de quienes las han dicho que de aquellos a quienes estaban destinadas.

De la filosofía esencialista (y su postulado de que el ser vive y adviene en el lenguaje) al psicoanálisis (y su principio de alcanzar la cura por medio de la palabra), pasando por la semiótica y la semiología, las palabras han sido objeto de estudio para fenómenos tanto o más complejos que el de la política argentina. Vale, entonces, la pregunta: ¿qué no han dicho las palabras en los últimos días?

La primera en comenzar el diagnóstico fue Cristina Kirchner. Habló en un aeropuerto chaqueño de "traidores" al referirse, siempre con una sonrisa, al vicepresidente, y también a la decena de senadores oficialistas que rechazaron la iniciativa. Sus palabras encendieron una alarma. El relato que la naciente urbanidad porteña "construyó" -como le gusta decir a la Presidenta- sobre el ámbito rural a comienzos del siglo XX quedó plasmado en el folletín.





No resulta descabellado pensar que las desmesuras de los últimos días pusieron en clave folletinesca la disputa Gobierno-campo. Y, de acuerdo con la tradición de ese género, las traiciones suelen pagarse con la venganza. ¿Esconde acciones en el futuro el diagnóstico de la Presidenta cuando reapareció, en el aeropuerto chaqueño? ¿Acaso los argentinos deberían preocuparse por la seguridad física de Cobos? En la misma línea discursiva está la inscripción que le dedicaron a Cobos los leales militantes de la nueva JP Descamisados: "Cobos traidor, saludos a Vandor". El metalúrgico Augusto Timoteo Vandor, que impulsaba un peronismo sin Perón, fue asesinado en 1969 por un grupo que llevaba el sello "Descamisados". Las palabras del oficialismo se prestan a múltiples interpretaciones y a lecturas desviadas, sobre todo porque nadie en la cima del poder se encarga de aclararlas.

Algo similar ocurre con el decreto que eliminó las retenciones, cuya redacción dice mucho más de lo que pretende omitir. Bajo el pretexto de garantizar salvaguardas jurídicas, presenta como una limitación lo que en rigor es una eliminación de las retenciones móviles, y sugiere que vivimos en una "democracia condicionada" por lo que ocurrió en la votación. "Soy humano. Si me equivoco, ayúdenme a corregir el rumbo." Néstor Kirchner solía finalizar sus discursos con esa frase. La idea de "limitar" una medida que puso en vilo el país durante cuatro meses no puede equipararse con la de corregir. Corregir" implica aceptar un error. Limitar no. Hablar de una democracia condicionada puede resultar absurdo si se tiene en cuenta que el reglamento parlamentario concede al vicepresidente la potestad de desempatar.

Judas. Por demás curioso resulta el apelativo que desde el oficialismo se puso a Cobos. El primero en llamarlo así fue el senador Miguel Pichetto, cuando, aún descolocado por la votación, dijo de madrugada a las radios porteñas que el comportamiento de Cobos remite a Judas Iscariote, el traidor que vendió a Jesús por unas monedas.





El apelativo lo retomó luego el piquetero Luis D Elía. "Es como Judas. Tendría que haber votado respetando la voluntad del Poder Ejecutivo. La traición es un disvalor", dijo. Reminiscencias de los relatos bíblicos en un oficialismo que ha construido una relación muy tensa con la Iglesia...

domingo, 27 de julio de 2008

- FALLA -




MANUEL DE FALLA Y MATHEU



AMORES BRUJOS

DE UN ESPAÑOL

EN ARGENTINA



Nace en Cádiz, España, un 23 de noviembre de 1876. Fue un compositor español de música clásica. Con Isaac Albéniz y Enrique Granados, es uno de los músicos más importantes de la primera mitad del siglo XX en España.

Hijo de José María Falla y Franco y de María Jesús Matheu y Zabala. Su madre, intérprete del piano y su abuelo, lo introducen en las primeras nociones de música, que a los 9 años de edad continúa con una profesora de piano, Eloisa Galluzo. Además su nodriza le enseñó nanas y canciones populares que dejaron huella en él. En 1889 continúa sus estudios de piano con Alejandro Odero, y aprende armonía y contrapunto con Enrique Broca.





A los quince años sus intereses parecen ser principalmente la literatura y el periodismo. Con un grupo de amigos funda una revista literaria, "El Burlón", y en 1890 participa en una segunda titulada "El Cascabel", que termina dirigiendo. En 1893, asistiendo a un concierto en Cádiz donde se interpretan, entre otras, obras de Edvard Grieg siente, según sus propias palabras, que su "vocación definitiva es la música". Orientado en esa dirección, a partir de 1896 comienza a viajar a Madrid, donde asiste al Conservatorio . Allí se perfecciona en piano con José Tragó, logrando en 1899 obtener un primer premio en un concurso de intérpretes del instrumento. Por esta época, el joven músico empieza a usar el apellido "de Falla", con el que será conocido. En 1897 se traslada a Madrid definitivamente, donde al año siguiente termina con honores sus estudios en el Conservatorio, y en 1901 conoce a Felipe Pedrell , quien tendrá notable influencia en su posterior carrera: despertará en él el interés por el flamenco y, en especial, el cante jondo.





Tras algunas zarzuelas, hoy perdidas u olvidadas, como Los amores de Inés, los años de estudio en la capital española culminaron con la composición de la ópera La vida breve, que se hizo acreedora del primer premio de un concurso convocado por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Aunque las bases del concurso estipulaban que el trabajo ganador debía representarse en el Teatro Real de Madrid, Falla hubo de esperar ocho años para dar a conocer su partitura, no en Madrid sino en Niza.






La siguiente etapa de su formación tiene lugar en Francia: afincado en París desde 1907, por consejo de Turina y Mirecki, entró en relación con Claude Debussy, Maurice Ravel, Dukas y Albéniz, cuya impronta sería perceptible en varias obras posteriores como Noches en los jardines de España, obra en la que, a pesar del innegable aroma español que presenta, está latente cierto impresionismo en la instrumentación. En París también conoció y trabó amistad con Pablo Picasso. La madurez creativa de Falla empieza con su regreso a España, en el año 1914.





Es el momento en que compone sus obras más célebres: la pantomima El amor brujo y el ballet El sombrero de tres picos (compuesto para cumplimentar un encargo de los célebres Ballets Rusos de Sergei Diaghilev), las Siete canciones populares españolas para voz y piano, la Fantasía bética para piano y la ya citada Noches en los Jardines de España, estrenada en el Teatro Real en 1916. Su estilo fue evolucionando a través de estas composiciones desde el nacionalismo folclorista que revelan estas primeras partituras, inspiradas en temas, melodías, ritmos y giros andaluces o castellanos, hasta un nacionalismo que buscaba su inspiración en la tradición musical del Siglo de Oro español y al que responden la ópera para marionetas El retablo de maese Pedro, una de sus obras más alabadas, y el Concierto para clave y cinco instrumentos.





En 1919 se transladó a Granada viviendo en una casa cercana a la Alhambra donde llevó una vida retirada, rodeado de un grupo de amigos entre los que se encontraba Federico García Lorca. En 1936, Falla intentó por todos los medios salvar a Lorca del fusilamiento a manos de las tropas insurrectas del ejército nacionalista, aunque no lo consiguió.

En Granada, Falla escribe las citadas obras: la música para teatro de marionetas "El retablo de maese Pedro" (1923) y un concierto para clavecín y orquesta de cámara (1926). En estas obras la influencia de la música folklórica es menos visible que una suerte de neoclaisicismo al estilo de Stravinski.





Mientras que en sus obras anteriores Falla hacía gala de una extensa paleta sonora, heredada directamente de la escuela francesa, en estas últimas composiciones, su estilo fue haciéndose más austero y conciso, y de manera especial en el Concierto. Los últimos veinte años de su vida, Manuel de Falla los pasó trabajando en la que consideraba había de ser la obra de su vida: la cantata escénica La Atlántida, sobre un poema del poeta en lengua catalana Jacint Verdaguer, que le había obsesionado desde su infancia y en el cual veía reflejadas todas sus preocupaciones filosóficas, religiosas y humanísticas. Continuó trabajando en esta obra tras su exilio a Argentina, pero quedó inconclusa y sólo fue terminada, tras la muerte de Falla, por su discípulo Ernesto Halffter.





El 28 de septiembre de 1939, después de la guerra civil española y en puertas de la Segunda Guerra Mundial, Manuel de Falla se exilió en Argentina, a pesar de los intentos de los gobiernos del general Francisco Franco, que le ofrecen una pensión si regresa a España, vive en su exilio argentino gracias a la ayuda de algunos mecenas, entre ellos la familia Cambó. Vive de forma tranquila en una casa en las montañas, donde su hermana cuida de él, ya que casi siempre estaba enfermo. Finalmente muere en Alta Gracia, Córdoba, un 14 de noviembre de 1946, sin que hubiera podido culminar su última obra. La tarea de finalizarla según los esbozos dejados por el maestro correspondió a su discípulo Ernesto Halffter.





En 1946 sus restos fueron trasladados desde Buenos Aires, hasta su tierra natal, Cádiz a bordo del minador Marte. En Cádiz fueron recibidos por su familia, por José María Pemán y por diferentes autoridades eclesiásticas, civiles y militares, entre las que se encontraba el Ministro de Justicia, Raimundo Fernández Cuesta, en representación del Jefe del Estado, General Franco. El cortejo fúnebre se dirigió del muelle a la Catedral, donde se celebró un solemne funeral. Con autorización expresa del Papa Pío XII, los restos fueron enterrados en la Cripta de la Catedral de Cádiz, donde se encuentran actualmente junto a los de José María Pemán

- GLOBAL -




Ciudadanía planetaria


Hace unos días, el filósofo y escritor Santiago Kovadloff disertó, al celebrarse el 187º aniversario del nacimiento de Bartolomé Mitre, en el museo que lleva su nombre. Con su lucidez habitual, rescató la tarea de afianzar el sentido de la vida republicana en el país y la necesidad de plantear seriamente un debate ambiental para evitar que se destruya nuestra "casa", el planeta.

Al referirse al propio museo, mencionó Kovadloff que una casa puede remitir al pasado o al futuro, dependiendo de quién la habite, de quién la frecuente, pero, teniendo en cuenta la tarea pendiente que evoca, el museo constituye un espacio que remite al futuro.

Nuestro planeta es la necesidad de nuestro futuro, pero hemos descubierto que nuestra casa, la Tierra, está en peligro como consecuencia del abuso. Se ha producido una acumulación considerable de gases de efecto invernadero en la atmósfera; se han multiplicado los armamentos nucleares; las ciudades se han transformado en conglomerados inhabitables; la presión por más tierras de cultivo va haciendo desaparecer, cada año, un porcentaje importante de bosques y selvas; se han contaminado los ríos y los mares, y miles de especies se extinguen cada año.

Sin duda, la disertación hizo hincapié en el concepto de progreso y en el causante de la terrible situación, el hombre. Un hombre depredador, una pieza de discordia convencida de poseer cualidades bondadosas. Kovadloff destacó que, sin duda, hemos progresado en muchísimas cosas, pero que si el progreso se paga con la extinción de nuestra casa, entonces estamos frente a una política de autodestrucción, tema que ha venido destacando en sus últimos ensayos. Entre ellos, "El dolor de la Tierra", en el que manifiesta que por obra de la cultura y también de la barbarie que ésta comporta, el planeta ha pasado a ser, en gran medida, "un producto, un artefacto".

Es que la desvalorización de los problemas ambientales no es sino el resultado inevitable de un pensamiento que no sabe más que moverse en la inmediatez: de los bienes y servicios que brindan los ecosistemas sólo se consideran aquellos que hoy computa el mercado. La planificación, herramienta clave para poder determinar los pasos para llegar a un futuro promisorio, ha sido reemplazada por una espontaneidad salvaje, que sólo favorece a los intereses de corto plazo.

Como destacábamos en estas columnas tiempo atrás, se trata de un fenómeno mundial que obliga a preguntarse si se está en condiciones de plantear cambios que vayan más allá de lo meramente coyuntural. Un desafío ético imperioso, que implica modificar esa ya mencionada lógica autodestructiva.

Por eso, Kovadloff describió el enorme desafío que trae el siglo XXI: entender que el hombre está convocado a ser un ciudadano planetario, lo cual plantea el dilema de saber si puede convivir o no con la tierra y, desde ese ideal de convivencia planetaria, acercarse al ideal de convivencia nacional e internacional.

¿Qué contribución puede hacer nuestro país a este proyecto de ciudadanía planetaria? Posiblemente, redefinir el sentido de la explotación de la tierra por medio de una tecnología solidaria en la que el progreso esté aliado al cuidado del planeta, entendido el cuidado de las relaciones del ser humano no sólo con el medio ambiente, sino también con sus semejantes.

Este tema está ausente del debate público, porque no se comprenden todavía los desafíos del porvenir. Pero, aun cuando mantengamos una actitud indiferente frente a la irreversibilidad de muchos fenómenos de deterioro ambiental, nuestro bienestar se encuentra en peligro. De modo que no solamente es posible, sino que es indispensable realizar cambios que impliquen mejoras duraderas. Será la única manera de asegurar la capacidad de nuestro planeta de sostener una vida digna a las futuras generaciones de ciudadanos planetarios.

sábado, 26 de julio de 2008

- ARLT -




ROBERTO ARLT


EL RABIOSO JUGUETE

CON SUS LOCOS SIETE


A 66 AÑOS DE SU MUERTE




Hijo de un inmigrante prusiano y una italiana, Roberto Godofredo Christophersen Arlt nació en Buenos Aires, en el barrio de Flores, el 2 de abril de 1900.

Publicó El juguete rabioso, su primer novela, en 1926. Por entonces comenzaba también a escribir para los diarios Crítica y El mundo. Sus columnas diarias Aguafuertes porteñas, aparecieron de 1928 a 1935 y fueron después recopiladas en el libro del mismo nombre.





Se divertía contando de sus amistades con rufianes, falsificadores y pistoleros, de las que saldrían muchos de sus personajes. Las Aguafuertes se convirtieron con el tiempo en uno de los clásicos de la literatura argentina.

Al mismo tiempo de su actividad como escritor, Arlt buscó constantemente hacerse rico como inventor, con singular fracaso. Formó una sociedad, ARNA (por Arlt y Naccaratti) y con el poco dinero que el actor Pascual Naccaratti pudo aportar instaló un pequeño laboratorio químico en Lanús. Llegó incluso a patentar unas medias reforzadas con caucho, que no fueron comercializadas, y al decir de un amigo, "parecen botas de bombero".





En 1935, viajó a España y África enviado por El Mundo, de donde salen sus Aguafuertes Españolas. Pero salvo este viaje y alguna escapada a Chile y Brasil, permaneció en la ciudad de Buenos Aires, tanto en la vida real como en sus novelas, Los siete locos y su continuación, Los lanzallamas.
Murió de un ataque cardíaco en Buenos Aires, el 26 de julio de 1942.





Entre sus obras figuran:


• El juguete rabioso (1926)
• Los siete locos (1929)
o Un hombre extraño
o Las opiniones del Rufián Melancólico
o Discurso del Astrólogo
• Los lanzallamas (1931)
• El amor brujo (1932)
• Aguafuertes porteñas (1933)





o El fiacún
• El jorobadito (1933)
o El jorobadito
• Aguafuertes españolas (1936)
• El criador de gorilas (1941)
• Nuevas aguafuertes españolas (1960)
• Teatro completo (1968)
• Cuentos Completos (1997)



jueves, 24 de julio de 2008

- SIEMPRE CONTRA EL CAMPO -




Stalin contra el campo


Por Edgardo Cozarinsky
Para LA NACION



A principios de los años 30 del siglo pasado, después del breve período de la NEP (Nueva Política Económica) que había permitido cierto limitado campo de acción a la iniciativa privada, la Unión Soviética implementó un plan de estatización no sólo de toda actividad industrial, sino también del agro.

No fue sólo parte del espejismo económico del régimen stalinista (llamado utopía por crédulos y venales); tenía por intención tácita, pero mayor, la de doblegar las ansias de autodeterminación de Ucrania, país que había sido república independiente durante la guerra civil, incorporado luego como república soviética a la URSS, y cuya riqueza agraria lo convertía en el granero de la Unión.

Entre 1931 y 1933, seis millones de campesinos ucranianos murieron de hambre, fieles a sus tierras, defendiéndolas con su vida de las garras estatales, sin poder acceder -y mucho menos comerciar- al producto de sus cosechas, incautadas por los comisarios del régimen.

Ese exterminio por hambruna, cuya cifra iguala a la Shoah perpetrada por el nazismo, es conocido por la palabra holodomor .

Como en todas las épocas y latitudes, hubo intelectuales y artistas enceguecidos por la ideología o sensibles al halago del poder. Dos enormes cineastas estuvieron entre ellos: Sergei Eisenstein festejó el modelo anunciado de estatización del agro con La línea general , también conocida como Lo viejo y lo nuevo , film de 1929, una de sus búsquedas formalistas más audaces; en 1935, al volver de su experiencia mexicana, no pudo finalizar El prado de Bezhin , donde celebraba la delación por parte de un hijo de la disidencia política del padre. Aleksander Dovzhenko, ucraniano él, realizó una obra maestra, La tierra (1930), cuando se iniciaba la aniquilación del mundo agrario idealizado por él en imágenes de panteísmo pagano.

Stalin, recordémoslo, era georgiano: su apellido original era Dzhugashvili. Provenía de ese antiquísimo pueblo del Cáucaso, anexado primero por el imperio de los zares, luego por ese otro imperio que fraguó la revolución de octubre. Durante su reinado, privilegió siempre a sus connacionales, territorio lejano a Moscú pero donde nunca se sufrió hambre y cuyos funcionarios leales al poder central gozaban de privilegios ignorados en el resto de la Unión Soviética.

Hombre del Kremlin antes que de Moscú, de Moscú antes que de la formidable unión de repúblicas que gobernaba, Stalin sólo oía, fuera de los informes que llegaban filtrados hasta su búnker, un eco lejano, nostálgico, de su provincia de origen.

Sus altibajos de humor, lo que hoy se suele denominar "bipolaridad", fueron legendarios y tenían en vilo a su corte. En 1937 hizo aprobar por el Politburó la tortura física de cualquiera al que considerase "enemigo del pueblo", el mismo año en que Peter , una almibarada comedia musical austríaca, lo emocionó hasta las lágrimas.

Stalin murió en 1953 y pasaron tres años antes de que el "padrecito de los pueblos" fuera repudiado en Moscú, en el vigésimo congreso del Partido Comunista. Su política económica, en cambio, no fue impugnada: sus sucesores sólo la atenuaron cosméticamente. La suerte de los campesinos ucranianos siguió siendo tabú en la prensa soviética y fue ignorada complacientemente en los países sensibles a una idea retrógrada de "progresismo". Sólo pudo conocerse la amplitud de la masacre tras el colapso de la Unión Soviética, que se expandió como una onda magnética a sus satélites europeos, e iba a tardar en modificar, muy gradualmente, la economía de los satélites no europeos, desde Corea del Norte hasta Cuba.

El odio de José Stalin por el campo ha permanecido como un ícono del empecinamiento en la ceguera que produce el poder. Sobornos, prebendas, corrupciones de todo tipo lo han hecho patético: su victoria siempre es pírrica; la satisfacción del líder se parece demasiado a la de la madrastra de Blancanieves ante un espejo obsecuente, al que un día se le escapa la verdad.

El autor es escritor y cineasta.

martes, 22 de julio de 2008

- SPILIMBERGO -





Lino Spilimbergo


UN GRANDE DE NUESTRA PINTURA




Lino Enea Spilimbergo nace en Buenos Aires un 12 de agosto de 1896.
Pintor y grabador es considerado uno de los grandes maestros del arte argentino, su nombre completo era Lino Claro Honorio Enea Spilimbergo.

A partir de 1910 comienza a trabajar para mantenerse, fue cadete y telefonista, en 1912 ingresa a la Empresa Nacional de Correos y Telégrafos, puesto que mantendrá paralelamente con su trabajo como artista hasta 1924.





En 1917 se recibe de profesor nacional de Dibujo de la Academia Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón, entre sus profesores se encuentran artistas de la talla de Pío Collivadino, Ernesto de la Cárcova y Carlos Pablo Ripamonte.

Al ser asmático crónico los médicos le aconsejan mudarse a un lugar de clima seco, la empresa le gestiona un translado a Desamparados, provincia de San Juan, allí realiza su primera exposición individual, vive allí desde 1921 hasta 1924, año en que renuncia a su empleo.

Spilimbergo estudio en Alemania donde se gradúa de pintor. Cursa la escuela primaria en el Colegio Salesiano “Don Bosco” y en la Escuela Superior del mismo nombre.





En 1925 viaja a Europa, en Italia estudia a los clásicos, artistas del 1300 y 1400, puso atención especial a los frescos, que luego trabajara en el muralismo. En Italia adquirió cierta influencia renacentista: Planteos austeros y sobrios con una solidez casi arquitectónica que llega a plasmar en sus grabados, dibujos y, especialmente, pinturas.

En 1926 concurre al taller de André Lhote en París, maestro exigente, se empapa de la escuela poscubista y recibe influencia de Paul Cézanne. En 1928 retorna a su país.





En 1930 junto al mexicano David Alfaro Siqueiros y los argentinos Antonio Berni y Lozano concreta el mural Ejercicio plástico. En 1933 junto a Berni, Juan Carlos Castagnino, Manuel Colmeiro Guimarás y Demetrio Urruchúa es uno de los realizadores de los murales que exornan la cúpula de las Galerías Pacífico.

Al fin de los años 30, fue docente en el Instituto Argentino de Artes Gráficas con discípulos destacados: Medardo Pantoja (1906-1976), Eolo Pons (1914) y Leopoldo Presas (1915). En 1948 organizó y pasó a ser director del Taller de Pintura del Instituto Superior de Artes de la Universidad Nacional de Tucumán, donde trabajó entre otros con Eugenio Hirsch. Se jubiló del cargo de director en 1952, no sin artes haber formado a la Escuela de Muralistas Tucumanos.





Tras su jubilación prosiguió con intensidad su trabajo artístico, participando en diversas exposiciones nacionales e internacionales (Bienal de Venecia, Bienal de São Paulo, Exposición de Pintura Argentina en Nueva York, Helsinki, México, Pekín).

Fallece el 16 de marzo de 1964 en Unquillo, localidad de las Sierras de Córdoba en donde se había afincado desde 1952.

lunes, 21 de julio de 2008

- DECA -




La decadencia


Por Jorge Fontevecchia




LOS CICLOS. Cada “S” grafica las etapas de preparación, plenitud y decadencia de cualquier proceso. En las patas inferiores y superiores, los esfuerzos no traen beneficios porque el proyecto aún no despegó o ya se hizo obsoleto. Maximiza los beneficios quien entra cuando está a punto y salta a otro antes de su agotamiento.


“Cristina nos arengó. Pensábamos que veníamos como gesto de apoyo, pero fue al revés: ella terminó levantándonos el ánimo a nosotros”, dijo uno de los 150 legisladores que concurrieron el viernes a Olivos.

Quienes creen que los problemas del Gobierno se solucionan “corriendo” a Néstor Kirchner pueden estar cometiendo el mismo error de cálculo que quienes creían que la presidencia de Cristina Kirchner sería diferente de la de su marido.
Ni Cristina puede separarse de su marido, ni está probado que ella sea menos dura que él. Sin embargo, el Gobierno terminará acatando la realidad, pero luego de resistirse todo lo que le sea posible e intentando aquellas venganzas que pueda ejecutar. Normalmente, las personas agotan los reproches a los demás antes de pasar a los autorreproches. Y como paso previo al recogimiento, se entregan primero a la ira. Hasta que la realidad se hace indisimulable.

Elisabeth Kübler-Ross, célebre psiquiatra suiza, enumeró los cinco pasos que atraviesan las personas antes de aceptar una noticia muy desagradable para sus vidas.
La primera es la negación, etapa en la que se encuentra el oficialismo, según lo confirmó ayer el propio jefe de la bancada oficialista de senadores, Miguel Pichetto: “La Presidenta nos felicitó y no consideró de ninguna manera que hubiéramos tenido una derrota”.

La segunda es la cólera, fase marcada por la rabia y el resentimiento, ciclo en el que Cristina Kirchner parece estar camino a ingresar, porque, según otro de los legisladores que el viernes estuvo en Olivos, al elogiar a uno de los perros del jardín, la Presidenta le respondió: “Ese me lo regaló Solá. Qué pena que no lo pusimos de legislador”. La Presidenta también dijo: “A los traidores, ni perdón”. Y profundizando sobre Cobos, agregó: “Está claro acá quién es Carmona” (quien presidió el golpe de Estado contra Chávez en 2002).

La tercera, cuarta y quinta fase, según lo que en medicina se conoce como el “modelo Kübler-Ross”, son las de asimilación: negociación (en la que se trata de reducir las consecuencias), depresión (cuando la persona puede expresar con sinceridad su dolor) y, finalmente, aceptación.

Money, money. Mientras esto les sucede a los Kichner, otro tipo de digestión se está metabolizando entre sus aliados. A diferencia de la anterior, ésta puede explicarse mejor desde la economía que desde la psicología, aunque tienen algunos puntos de contacto. Los inversores elogian a aquel que “sabe tomar pérdidas”. No siempre se puede ganar en la vida, pero el mal inversor sería aquel que cuando pierde se emperra: “No voy a vender justo ahora que la acción (el bono, la divisa, etcétera) bajó tanto. Espero hasta que vuelva a subir”. O en el caso de una empresa o un proyecto: “Si ya tengo invertido tanto, no puedo abandonar justo ahora”. En el manual del buen inversor, saber tomar pérdidas a tiempo es tan importante como saber ganar. Entrar y salir a tiempo es lo que hace la diferencia.

La fuente del gráfico que ilustra esta página es de McKinsey & Company, la consultora estratégica más importante del mundo. Cada “S” representa etapas de preparación, plenitud y decadencia de cualquier proceso. En las patas inferiores y superiores, los esfuerzos no traen beneficios, porque el proyecto aún no despegó o ya se hizo obsoleto. Por tanto, maximiza beneficios quien entra cuando está a punto y salta a otro proyecto antes del agotamiento.

Los políticos, los sindicalistas y los amigos del gobierno de turno de todo tipo no necesitaron escuchar a los consultores de McKinsey para entender que la clave de su carrera se apoya en saber acercarse al futuro gobernante que está por triunfar y en despegarse en el momento oportuno, justo a tiempo para subirse al proyecto del próximo ganador.

Traduciendo el gráfico de McKinsey al universo K, Zannini o De Vido se sumaron al proyecto de Kirchner en su fase inicial (la pata de abajo) y tuvieron que transitar muchos años de esfuerzos en la acotada Santa Cruz, obteniendo resultados modestos en lo que a sus beneficios personales se refiere, durante la etapa provincial de Néstor Kirchner. Luego, gozaron de los dividendos del despegue en la fase nacional de Kirchner y probablemente continuarán fieles a su jefe en el ciclo de decadencia (como se dice en economía), “consumiendo capital” acumulado.

Pero ellos son la excepción. La enorme mayoría de los aliados del kirchnerismo, siguiendo con darwinismo empírico la recomendación de McKinsey, ingresaron al proyecto del matrimonio presidencial cuando éste triunfó, y con la misma rapidez con la que se subieron a él comenzarán a bajarse, lo que en la política argentina significa “pasarse al equipo contrario”. Cada una de esas “defecciones” volverá a ser indigerible para los Kirchner, reiniciando los cinco pasos descriptos en el “modelo Kübler-Ross”.
El matrimonio presidencial tendrá que acostumbrarse al círculo vicioso después de muchos años de círculo virtuoso.

domingo, 20 de julio de 2008

- DEBUSSY -




Claude Debussy


MAESTRO DE PIANO

AFAMADO MUSICO



Claude Achille Debussy, nace en St. Germain-en-Laye, 1862. Célebre compositor francés. Ya en su niñez había iniciado el estudio del piano en su hogar; sin embargo, no pensaba entonces en la carrera musical. Fue una antigua discípula de Chopin, la señora Manté de Fleurville, quien intuyó la vocación del muchacho e indujo a sus familiares a cultivarla. De esta forma, Debussy ingresó en 1873 en el Conservatorio de París; allí tuvo por maestros, entre otros, a Lavignac, a Marmontel y, en composición, a Ernest Guiraud.





Grato paréntesis en sus estudios fue, en el verano de 1880, su empleo de acompañante como pianista de cámara y profesor de piano de los hijos de una rica dama rusa, Nadesda von Meck, protectora de Chaikovski y fanática de su música, en sus viajes a través de la Francia meridional, Suiza e Italia. Esto le permitió conocer a Wagner. Debussy vio renovado el empleo en los veranos siguientes, posiblemente hasta 1884, y entonces visitó Moscú, donde pudo establecer cierto contacto con la música del "grupo de los Cinco".





En el Conservatorio había adquirido fama de músico revolucionario; sin embargo, en 1884 logró el "Prix de Rome" con la cantata El hijo pródigo, que presenta al joven compositor aún envuelto en la amable sensualidad melódica propia del gusto de Massenet, pero también capaz de esbozar un aria perfecta en su género, como la de Lía. Los tres años pasados en Villa Médicis resultaron enojosos para el joven Debussy, que no sentía inclinación alguna por el clasicismo romano y con gran amargura echaba de menos París y su vida intelectual, inquieta y moderna.





De Roma se trajo la cantata La Demoiselle élue (1887-88, La damisela bienaventurada), sobre un texto de D. G. Rossetti y de un gusto prerafaelista muy propio de la época; todavía arrastrado por un sentimentalismo hijo del siglo XIX, y musicalmente situado entre Massenet y Chaikovski, Debussy buscaba a tientas la salida hacia una nueva concepción artística y cayó, como era natural, en el wagnerismo. Más bien que de experiencias musicales (entre ellas contaron singularmente las llevadas a cabo en Rusia y el descubrimiento del canto gregoriano y de melodías exóticas africanas y javanesas, presentadas en la Exposición Universal de París), la liberación le vino de literatos y pintores: la amistad de poetas simbolistas y parnasianos, dominados por la figura de Mallarmé, y el ejemplo de renovación de la pintura impresionista fueron las fuerzas determinantes que impulsaron al compositor hacia un camino artístico original.





Las obras líricas para canto y piano son las composiciones que permiten seguir mejor la evolución lógica del artista desde un formalismo melódico de gusto un tanto aburguesado hasta la creación de una prosa poética intensamente evocadora; así, Arietas olvidadas (1888), Cinco poemas de Baudelaire (1890), Fêtes galantes (1892 y 1904), Prosas líricas (1893) y Tres canciones de Bilitis (1898). De tal forma se forjó el nuevo lenguaje musical y dramático que le permitió aportar una solución personal al problema de la ópera con Pelléas et Mélisande, sobre texto de M. Maeterlinck y representada en la Opéra-Comique el 30 de abril de 1902 (su composición había durado diez años); el éxito fue muy discutido y sólo con gran lentitud la ópera llegó a conquistar el puesto que le correspondía en la historia de la música, como etapa básica en el desarrollo del teatro musical.





En una segunda etapa, alcanza el primer plano de la producción de Debussy la música instrumental. De las posiciones de elegancia un tanto formalista propias de los dos Arabesque (1888) y de la Suite bergamasque (1890), para piano, así como del Cuarteto (1893) y del Preludio a la "Siesta de un fauno", de 1892, el compositor llegó, sobre todo en el ámbito pianístico, a la creación de un impresionismo musical que llevó a las últimas consecuencias la disolución de las formas clásicas realizada por el romanticismo y, al mismo tiempo, abrió las puertas al futuro. Con ello se produjo el tránsito del momentáneo clasicismo de Para el piano (1901) a la libertad impresionista de Estampas (1903), de L'isle joyeuse (1904) y de las dos colecciones de Imágenes (1905 y 1907).





A la engañosa facilidad de El rincón de los niños (1908), obra abierta a sugerencias y temas de la vida actual, a pesar de su tema infantil, siguió, con los dos tomos de los Preludios (1910 y 1913), el equilibrio definitivo de la composición moderna para piano. La devolución a la música del sentido de la precisión fónica, o sea la conversión de la pieza instrumental en un consistente objeto sonoro donde se cobijan los eventuales valores expresivos sin menoscabo de su solidez, permite considerar realmente a Debussy como el iniciador de las tendencias musicales de la actualidad: en la estela de Estampas se desarrolla el florecimiento de las modernas obras de piano, con Ravel, Bartók, Schoenberg y Prokofieff.





Fallece en París, año 1918.

- AMIGO -



20 DE JULIO


DIA DEL AMIGO



El Día del Amigo tuvo un antecedente histórico llamado Cruzada mundial de la amistad que es una campaña en favor de dar valor y realce a la Amistad entre los Seres Humanos, de forma que permita fomentar la Cultura de la Paz. Fue ideada por el Doctor Ramón Artemio Bracho en Puerto Pinasco, Paraguay en 1958.

A partir de dicha idea, se fijó el 20 de julio como Día de la Amistad y se celebra en varios países de Sudamérica. En Paraguay se celebra el 30 de julio. Su importancia reside en que favorece a los valores que permiten la concordia y el diálogo en la sociedad y en el mundo.





En Argentina se creó una fecha similar, una década despues como "Día Internacional del Amigo" con otro origen. Su creador fue Enrique Ernesto Febbraro (1924), profesor de psicología, filosofía, historia, músico y odontólogo, socio fundador del Rotary Club del barrio San Cristóbal y del barrio Once (Buenos Aires).

Cuando alunizó la Apolo XI, Febbraro vio que por una vez en la vida todo el mundo estaba unido, por lo que envió mil cartas a cien países de las cuales recibió 700 respuestas, a partir de este momento fundó el Día del Amigo.
FELIZ DÍA DEL AMIGO

sábado, 19 de julio de 2008

- NUEVOS AIRES -




No es el fin, sino el comienzo


Por José Claudio Escribano
De la redacción de LA NACION




He visto desde el corazón de este diario, en más de medio siglo, muchas desmesuras inexplicables en la vida pública de un país que está organizado constitucionalmente, pero pocas más extravagantes que la que he estado viendo ahora.

He visto, después de la Revolución Libertadora de 1955, a lo largo de casi cuatro años, una sucesión de más de treinta irrefragables, intermitentes planteamientos militares que terminaron por abatir el gobierno constitucional de Arturo Frondizi. Todavía no sé por qué y para qué lo derribaron; tal vez tampoco los actores lo hayan sabido nunca.

He visto cómo caía el gobierno de Arturo Illia, dechado de inspiración democrática, por la fuerza convergente de militares, empresarios ?algunos, de la industria farmacéutica extranjera y del negocio petrolero?, de sindicalistas e intelectuales.

He visto a parte de estos últimos reconvertidos más tarde, en asombroso giro, en el mal llamado progresismo, que se había hecho un lugar destacado en la sociedad de nuestros días (las derivaciones de la crisis con el campo han dejado, por lo menos, la suerte de ese espacio en suspenso). Con el derrocamiento de Illia quedó, en el balance central de los sesenta, el haber empedrado el camino a la violencia impiadosa de los años que siguieron.

La exacerbación de posiciones a raíz de la Guerra Fría contribuyó, por su parte, a petrificar aquella tarea.

He visto el delirio de bandas armadas de izquierda y de derecha, que en la década de los setenta mataban, robaban, depredaban con el impulso ciego y soberbio del fanatismo. Abrevaban en una diversidad ideológica que se hubiera dicho en crisis terminal al consumirse el comunismo soviético en su propia vacuidad, en 1989/90. No ha sido así por estos lados. América latina es el continente con el mayor número de gentes desentendidas de lo sucedido con aquella macabra experiencia del siglo XX.

He visto la saña con la cual al terror de las organizaciones civiles armadas se contestó desde el Estado con un terror no menos sangriento. He visto eso y más. Y, en todos los casos configurados por la irracionalidad, la furia o la intemperancia bruta, he percibido una ley invariable: los mayores de-

satinos en la vida pública del país han estado embalsamados en la pérdida de la conciencia humana sobre la pobre fragilidad de la condición última de todos los seres sin excepción.

La experiencia ha demostrado que cuando, por ignorancia o sobrevaloración de las propias fuerzas, hay un desenfreno voluptuoso en la fantasía de imponer el poder sobre otros, se encuentra, tarde o temprano, un límite infranqueable en el orden natural, sin el cual es imposible la convivencia civilizada entre los hombres. Algo tan simple como eso.

Estrepitosamente para unos, institucionalmente para todos, el límite del orden natural de las cosas se hizo sentir en la Cámara de Senadores de la Nación, anteayer de madrugada.

Lejos de estar ante un fin, estamos ante un renovado comienzo. Ahora, lo importante ha pasado a ser que, en adelante, a la sinrazón no se oponga la fuerza de los hechos, el desorden o el desprecio por el adversario, sino la reflexión serena y la grandeza de ánimo; que prevalezcan de una vez por todas la moderación, la prudencia, la reafirmación en la sabiduría instintiva condensada en instituciones probadas en sus bondades.

En situaciones extraordinarias como las de estas horas, cuando el péndulo de la política parecería haberse zafado al fin del punto de tensión máxima al que había sido llevado al cabo de cinco años, se corre el riesgo de precipitarse en exceso en dirección contraria. Los oportunistas son cazadores al acecho en este tipo de cambiantes circunstancias.

Las dos últimas administraciones gubernamentales se han distinguido hasta aquí por una tendencia a producir hechos de provocación nada habituales. Debe dejarse atrás este capítulo en que ha sido difícil encontrar, aquí y en el exterior, hombres, sectores, gobiernos, empresas, instituciones religiosas y laicas, civiles y militares a las que no se haya agraviado en algún grado de desconsideración. Esa tarea de reconstrucción de la convivencia exige contener gestos de aprovechamiento desleal de lo que ha de ser, sin duda, la hora más amarga en la carrera política ?signada por no pocos triunfos? de quienes han regido durante un lustro los destinos del país.

Debe tenderse la mano hacia quienes han sido por obcecación artífices de la propia derrota e invitarlos, una vez más, al diálogo con los adversarios. ?Ese diálogo ?recomendaba Octavio Paz? exige, simultáneamente, firmeza y ductilidad, flexibilidad y solidez.? Y un ex presidente argentino, experimentado tanto en la gestión y en los éxitos resonantes como en los reveses más graves de la política, se preguntaba hace horas, con ánimo de sugerencia: ?¿Qué ocurriría, qué no ocurriría, si la Presidenta llama a Cobos y, corrigiéndose, le confiesa: «Ha sido un precio duro, pero ha sido el precio de la democracia. Vale la pena pagarlo; sigamos adelante»??.

A veces, la historia enseña en vano sus lecciones. Bastó que el teniente general Lanusse desafiara en 1972 a Perón, diciéndole: ?No le da el cuero para volver al país?, para que volviera, aun sin saber con qué suerte final lo haría. Lanusse había cerrado a Perón toda puerta que no fuera la de contestar un desaire insostenible. Y en la desmesura cuyas consecuencias han conmovido ahora al país, bastó la notificación de que el Gobierno estaba dispuesto a poner al campo de rodillas para que éste redoblara una lucha en principio perdidosa.

Si el Estado, como decía también Paz, está para defender a los hombres de los hombres, y no para agredirlos, hay mucho por delante y urgente, para hacer con la ayuda fraterna de todos. Si lo logramos, se habrá dejado atrás un tiempo que no ha de figurar precisamente en la más grata antología de vivencias argentinas.

miércoles, 16 de julio de 2008

- CORDOBA -




NESTOR CORDOBA


UN MAESTRO DE LA ANIMACION




Néstor Córdoba, reconocido como uno de los pionero de la animación en Argentina, dedicó toda su vida a los dibujos animados y a la enseñanza del arte de animar,
Animador y director de producciones animadas, con una reconocida trayectoria de más de 50 años, reconocido en los estudios de animación de Argentina y del mundo, falleció el pasado 2 de julio.

Dio sus primeros pasos junto al profesor Juan Oliva y pronto comienza a realizar cortos animados para publicidad en Argentina y en EEUU para Robert Laurence, Famous Studios, entre otros.

Manuel García Ferré lo convoca para trabajar junto a él. Producen los primeros comerciales animados de la televisión argentina y la inolvidable serie “Las aventuras de Hijitus”. Posteriormente dirige cinco largometrajes para la Argentina y España: "Mil intentos y un invento", ganadora del Festival de Gijón (España 1972), "Trapito", primer premio en el Festival de Moscú (1975) "Ico, el Caballito Valiente", primer premio en los Festivales de Portugal, Moscú y Cobier (Francia) y los más recientes: "Manuelita" (éxito en Argentina y España) y "Corazón, las alegrías de Pantriste”.





Creador de “Vagui Lu y la Ecopandilla” y co-creador de personajes como Hijitus, Neurus, Trapito, Ico, Pichichus, El Comisario, y de los cortos de animación comercial de Anteojito y Antifaz, participó en importantes series de televisión y films didácticos, destacándose por su labor en importantes productoras como García Ferré Entertaiment, Cartoon Films Internacional, M.C. Films, C.P.D producciones.

Trabajó en el estudio “Jaime Díaz Producciones” para las multinacionales productoras de animación como: Walt Disney, Hanna Barbera, Rick Reinert Pictures. Fue reconocido por su labor en las series de animación: The Richie Rich, Scooby and Scrappy-Doo Show , Los Pitufos, Los Picapiedra, Los Supersónicos, Shirt Tales, The Snorkels y The Pac-Man, las "Disney" Series Aladino y El Rey León, y El Coyote y El Correcaminos - Warner Brothers-





Su creatividad y desarrollo profesional le valieron el desempeño excepcional en producciones nacionales como los largometrajes “Las aventuras de Teo” de Shazám Producciones y en “Patorucito II” e “Isidoro” de “Indiecito Estudios”. Brasil y Canadá también conocieron su arte.

Sin dejar de producir, dirigir y enseñar, encara la tarea de escribir un libro que titula “Animar es dar vida”, en el que refleja no solo sus conocimientos sino también su rica y vasta experiencia de toda una vida dedicada al arte de la animación.





La formación de artistas animadores fue siempre uno de sus objetivos al que le dedica gran parte de su tiempo. Creó escuelas de animación: “Mover no es Animar” y “¿Pensaste en Animación?” con su productora “Animaclick”.
En 2008 continúa su producción y funda la escuela “Fortmedia Animation" junto a la productora Fort Media. Sus hijos, que siguen su camino, serán ahora quienes consolidarán su sueño de Maestro.

Néstor Córdoba, un argentino, un artista, pero sobretodo, un gran hombre que se ha llevado muchas sonrisas en su último viaje.

martes, 15 de julio de 2008

- VERDAD -




El valor de la verdad


Preocupa hondamente la reiteración de los datos falsos del Indec, destinados a manipular la realidad de nuestro actual proceso inflacionario y las cifras de pobreza e indigencia. Inquieta también el actual deterioro institucional, que se pretende encubrir con palabras que de ningún modo alcanzan para justificar el silencio cómplice de muchos legisladores nacionales. ¿Cómo aceptar que el Congreso de la Nación delegue sus atribuciones al Ejecutivo y quiebre, así, el compromiso contraído con el pueblo que lo eligió? Por otro lado, desalienta y duele, en el interminable conflicto con los productores rurales, el sistemático ocultamiento de la verdad y la reiterada acumulación de falsedades en que incurre constantemente el Gobierno.

Junto a todo eso, no hay algo que pueda indignar más que las falsas denuncias sobre intentos golpistas que permanentemente difunden el matrimonio Kirchner y no pocos de sus adláteres.

Una premisa aceptada y conocida establece que la verdad es la coincidencia del pensamiento con los datos de la realidad. En una interpretación más próxima a la vida cotidiana, se suele afirmar, con razón, que la población más sana de cualquier nación desea vivir en una comunidad respetuosa de la verdad. Por eso, tanto en el núcleo hogareño como en el plano laboral y en el ámbito de las actividades industriales y comerciales, la sociedad reclama, en su inmensa mayoría, una conducta que permita convivir, compartir y obrar lejos de todo aquello que signifique negar o distorsionar la verdad.

Por el contrario, la exaltación de la mentira y la entronización de falsedades con la intención de confundir, dividir o mover a error al prójimo son vistas como actitudes deleznables que afectan la convivencia, la participación y la credibilidad general.

Sorprende y perturba comprobar que, en la mayoría de los casos, quienes comunican públicamente "una mentira" o una "falsedad" han sabido primero cómo es la verdad para luego deformarla deliberadamente. Ese "mentir a sabiendas" mueve a suponer que el comportamiento de aquellos gobernantes o funcionarios que distorsionan los hechos es comparable al de los menores que usan la mentira para defenderse, para ocultar una frustración o para no reconocer una falta.

Si esas personas se condujeran como adultas, sabrían que la calidad moral del ser humano se eleva cuando se reconoce el error cometido y se enmienda la falta en que se ha incurrido. En cambio, quien persiste obstinadamente en desconocer su mentira o en modificar un comportamiento errado, suele verse llevado a utilizar argumentos ambiguos, a menudo turbios y rebuscados, que sólo sirven para enrarecer aún más un clima social de por sí contradictorio y perturbado.

Lograr que en el seno de una sociedad prevalezca la verdad es el objetivo más alto y noble de toda cultura. Para llegar a ese objetivo, se requiere mucho cuidado y mucha vigilia, ya que la veracidad no es una cortesía del pensamiento, sino una necesidad del espíritu de cada persona. Cuando no existe ese respeto por la verdad, se desvalorizan las palabras, se empobrece la calidad de la vida social y se van prostituyendo las propuestas que se anuncian desde los diferentes sectores de la comunidad; esas propuestas en las cuales no creen ni aquellos que las formulan ni aquellos que las escuchan.

Si quienes más pueden hacer en beneficio del conjunto social escamotean la verdad, se derrumban las claves de la confianza que debe presidir el desarrollo de una sociedad y de un país. Los gobernantes asumen una misión de alta jerarquía moral, en la cual la conciencia y el deber imponen la necesidad de observar el predominio de la verdad, de rehusar el camino del engaño, de dejar de lado las argumentaciones capciosas, de renunciar al uso de palabras seductoras, pero irreales y al empleo de falacias que ya los griegos habían puesto al desnudo hace 25 siglos.

Un breve trozo de un poema de Gandhi expresaba algo valioso para todos y muy especialmente para quienes han contraído altas responsabilidades en la vida pública: "Cuida tus pensamientos, porque más tarde se volverán palabras. Esfuérzate para que tus palabras contengan verdades". Quienes hoy gobiernan la Argentina deberían tener presentes esas frases.