viernes, 6 de junio de 2008

- LANIN -




Pasaje hacia el arte argentino


Se inaugura en Barracas la obra-museo del plástico Marino Santa María, en la que incorporó el trabajo de los mejores artistas del país, en una intervención urbana para todos


Una calle transformada en museo. Un museo que es, en realidad, una gran obra de arte. Todo eso se funde en la Intervención Urbana del artista plástico Marino Santa María, en el Pasaje Lanín del barrio de Barracas.





A partir de mañana, el público podrá recorrer este trabajo a cielo abierto en el que Santa María, pionero en el arte de la instalación urbana, incorpora a treinta obras de consagrados artistas argentinos. Carlos Alonso, León Ferrari, Marta Minujín, Guillermo Kuitca y Eduardo Pla son sólo algunos de los nombres que construyen esta gran obra-museo, que consta de 30 cuadros digitalizados dispuestos en un paredón.

La muestra fue organizada por el Ente Turismo de Buenos Aires y el ministerio de Cultura de la Ciudad y estará abierta todos los viernes, sábados y domingos de 10 a 17, en el Pasaje Lanín a la altura de Brandsen al 2000.

La lista de artistas convocados para este museo se completa con Eduardo Stupía, Clorindo Testa, Rogelio Polesello, Diana Ares, Miguel Bengochea, Carlos Cañas, Nicola Costantino, Juan Doffo, Ana Eckell, Carlos Gorriarena, Nora Iniesta, Andrés Labake, Juan Lecuona, Jorge Macchi, Matilde Marín, Eduardo Medici, Luis Felipe Noé, Marcelo Pelissier, Carlos Pérez Celis, Diego Perrota, Duilio Pierri, Jorge Pietra, Josefina Robirosa, Daniel Santoro, Pablo Siquier, Luis Wells, Horacio Zabala y el mismo Santa María.





El Pasaje Lanín es una pequeña calle de Barracas de tres cuadras de extensión, que incluye uno de los paredones del ex Ferrocarril Roca. En este espacio, el artista plástico Marino Santa María tiene una importante parte de su vida y su obra. Este terraplén lo vio nacer y en él realizó un importante proyecto artístico: intervino la fachada de las cuarenta casas que habitan sus veredas "no sólo con la autorización sino con el pedido de la mayoría de los vecinos", cuenta.

En 1998 comenzó a trabajar sobre las fachadas intervenidas con la técnica de cerámica partida utilizando mosaico veneciano y azulejo trencadís. De esta manera, en 2001, Santa María inauguró su obra como "Espacio de arte del Pasaje Lanín", una intervención posmoderna y permanente "cuyo único antecedente es el de Quinquela Martín en ‘Caminito’", afirma el plástico.

Pero el artista va por más. La segunda etapa del proyecto es este museo al aire libre, público y gratuito, que Santa María describe como la más conceptual de sus obras. Treinta de los artistas argentinos más reconocidos pasan a formar parte de este espacio a través de su mano. Por medio de la digitalización, el artista rinde homenaje a colegas y amigos con obras que "no son una copia, sino una nueva interpretación."





¿En qué consiste este formato de obras digitalizadas?

Las obras originales fueron escaneadas, ploteadas y puestas en marcos dorados, que son una imitación de marcos antiguos. Además, todas tienen la misma medida con lo cual se pierde la dimensión de la obra original. Si bien la digitalización de las obras permite mantener la calidad (incluso pueden advertirse los relieves de las pinceladas), no estoy buscando la imitación, es una obra nueva, que además es un homenaje.

¿Cómo fue la convocatoria a tantos y tan importantes artistas?

Con todos ellos compartí experiencias artísticas. Con Kuitka fuimos compañeros en la Escuela de Bellas Artes, Carlos Cañas fue mi maestro, con Nora Iniesta y Eduardo Plá somos viejos amigos. Los treinta aceptaron con gusto formar parte de esta obra. Con todos me une alguna razón artística, de amistad y, siempre, de calidad.

¿Cómo definiría su obra?

La obra es conceptual y especial por varios motivos. Primero el espacio elegido, la calle. Segundo, ese juego que hay con el museo clásico de cuadros colgados en marcos iguales, pero que está en la vía pública y es para todos. Por otro lado, mi objetivo es alejarme del típico homenaje de artista a artista, en el que uno retrata a otro, dándole una vuelta de tuerca a través de la fotografía. Además, claro, hay algo pedagógico en el sentido de que allí se está mostrando parte del trabajo de los mejores artistas contemporáneos del país.

¿Cómo fue la concreción del proyecto con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires?

Lombardi había visto mi trabajo en el pasaje Lanín antes de asumir. Le comenté la idea de la obra-museo y se entusiasmó mucho, por lo que consiguió los fondos para poder hacerlo.

Ver la obra de Marino Santa María desencadena múltiples sensaciones. Sin duda una de ellas es la idea de que este artista logró su propósito: un arte no separado de la vida cotidiana que supera el momento "especializado" del museo, aunque con la misma calidad artística.

Maia Jastreblansky
adncultura*com

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