viernes, 1 de mayo de 2009

- FERIA DEL LIBRO -





La Feria del Libro y los lectores


Aunque puedan cambiar mucho los hábitos de lectura, el gran encuentro cultural mantiene vivo el interés entre sus visitantes



Noticias de Opinión
La Nación



Como todos los años, se ha inaugurado en el predio de Palermo una nueva Feria del Libro, la 35a., y con ella, otra oportunidad de renovar esa fiesta de la cultura que ofrece a todos los argentinos y aun a muchos extranjeros, que la tienen muy presente en su agenda de acontecimientos culturales del año.

Esta nueva edición cuenta ya con un temprano logro: el primer sábado reunió muchísima más gente que el día de la inauguración, lo cual para los que conocen el movimiento de la feria desde hace muchos años es un indicador seguro de que tendrá el éxito de siempre. No está de más recordar que el año último superó con creces el millón doscientos mil asistentes.

Sin embargo, éxitos aparte, es cierto que algunas estadísticas, producto de una encuesta encargada por los organizadores de la propia Feria en 2008, llevan a reflexionar sobre la relación entre los libros, el público lector y la lectura. Efectivamente, según este informe, el 86 por ciento de los encuestados (habitantes de la ciudad de Buenos Aires, del conurbano bonaerense y, también, visitantes de la feria) lee, pero sólo entre uno y cinco libros por año; un 38 por ciento lo hace por el placer de la lectura; un 33, por motivos de estudio; el 14 por ciento, para informarse, y el 10, por trabajo. De esto puede deducirse que no porque todos los años se realice tan importante encuentro cultural ha aumentado la población de lectores. Y si se toman en cuenta las experiencias de muchos docentes, los adolescentes y los jóvenes leen cada vez menos.

Sin embargo, y esto también se deduce de distintas encuestas realizadas a través de los últimos años, aunque las cifras de libros leídos por persona se hayan "atomizado", es cierto que el número de gente que lee aumenta de acuerdo con los temas de interés. Sería muy difícil, por no decir imposible, para alguien que trabaja regularmente con Internet no leer. Lo que ocurre es que ha cambiado la manera de hacerlo y, sobre todo, de parte de la población más joven. Acostumbrados a manejarse dentro de las redes sociales, los textos que captan su atención son habitualmente muy cortos y sólo proveen de la información necesaria, lo cual por cierto no prepara para la lectura de otro tipo de textos, en particular los de los libros y, entre estos, los de literatura; de allí que no sólo se empobrece el lenguaje oral y escrito, sino que se pierden muchos matices, sobre todo los estéticos.

Por eso, a pesar de las mencionadas estadísticas y las realidades contradictorias y hasta paradojales descriptas, hay que regocijarse una vez más con el hecho de que la Feria del Libro de la Argentina haya vuelto otra vez a atraer la atención de los lectores. Ya sea por el gusto de pasear por ella, ya sea porque se va a la pesca de algún libro en particular o para descubrir alguna nueva editorial, pequeña pero que presenta títulos muy atractivos, los argentinos siguen haciéndole honor a este fenómeno cultural que ha nacido de sus entrañas y se mantiene vivo y en crecimiento, dando un mentís rotundo a los agoreros de siempre.

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