lunes, 11 de mayo de 2009

- GRAFFITIS -




Pintar grafitis es delito, pero no de lesa lengua



Lucila Castro
LA NACION
Noticias de Opinión




El título "Un fallo considera que es delito pintar grafitis en las paredes" ha despertado la indignación de Pedro Pablo Peralta, que escribe: "¿Cómo pueden ser tan «desconocedores» de la lengua? En español existe grafito, con su plural grafitos. Graffiti es el plural de graffito, pero en italiano. Hay genios que escriben *graffitis. Este híbrido de ustedes es otra barbaridad. ¿Aprenderán algún día?".

Yo no conozco a nadie que coma *ñocos el día 29 ni vi nunca a nadie pintar un grafito. De hecho, el único grafito que conozco es el de la mina de los lápices. Pero me dicen que algunos llaman así a las pintadas, y lo creo. Sólo que sospecho que los que las llaman así lo hacen porque vieron esa palabra en el diccionario o les dijeron que así estaba en el diccionario, y otros, porque creen estar usando una palabra italiana y hasta forman el plural en italiano. De estos últimos, algunos lo escriben incluso con la grafía italiana, aunque a veces se equivocan y, en lugar de duplicar la f, duplican la t.

Ya hemos explicado más de una vez que existen sustantivos que, en singular, provienen de plurales de otras lenguas. Algunos son muy antiguos, como arma, de un plural latino, y querubín, de un plural hebreo, y a nadie se le ocurre cuestionarlos (en realidad, no muchos saben de dónde vienen). Pero cuando empieza a usarse una palabra nueva que es evidente de dónde proviene, siempre aparecen quienes pretenden mantenerla en su forma original. En verdad, estas personas no distinguen lo que es una palabra de una lengua extranjera de una palabra española proveniente de otra lengua.

La palabra grafito se adaptó correctamente del italiano graffito y figura en el Diccionario de la Real Academia Española. Como palabra hispanizada, forma su plural según la regla morfológica del español: grafitos. Pero grafito se usa poco (de hecho, entre nosotros no se usa) y da la impresión de que se usa más por obligación, por ser la hispanización que sigue las reglas y que está en el diccionario, que por estar aceptada por la comunidad hablante. En cambio, se usa como singular grafiti, la adaptación del plural italiano, y, siguiendo la regla de pluralización española, el plural grafitis. Por eso la Academia ha acordado la incorporación de grafiti en la próxima edición de su diccionario.

Para tranquilizar a los que todavía no están convencidos, veamos lo que dice el Diccionario panhispánico de dudas, de la Academia: "El uso frecuente del plural italiano graffiti ha dado lugar a que en español se emplee la adaptación grafiti con sentido singular: «Otros vecinos pintan un grafiti» (País [Ur.] 12.7.01). Se trata de un caso análogo al de espagueti y se considera válido, debido a su extensión. Su plural es grafitis: «Unos grafitis de los miles que hay en las calles de Buenos Aires» (Barnatán Frente [Arg. 1989])".

Por un pelo

"Sorprende que en su casa natal se cometan errores como el publicado en la información titulada «Nik reveló todos los secretos de Gaturro», del domingo 3, donde a propósito de la charla que el talentoso dibujante brindó en la Feria del Libro ante una sala mayormente ocupada por niños, un redactor impreciso destaca que «no faltaron las preguntas sobre la edad y el barrio donde vive el gato de cuatro bigotes en cada cachete». A estas alturas, vale preguntarse cómo es posible que entre quienes frecuentamos a diario las andanzas del pícaro felino pueda ignorarse que sólo son tres los bigotes que luce por cachete, ¿verdad?", escribe desde Miramar, provincia de Buenos Aires, Alejo Portales Britos.

Es verdad que Gaturro no es un gato cualquiera, pero que luzca tres bigotes en cada cachete me parece tan exagerado como que luzca cuatro. Bigote, lo que se dice bigote, luce uno solo, con tres pelos en cada cachete.

Ayes a la luna


Escribe con toda razón Juan Carlos Lavelli: "En la página 7 de la sección Espectáculos del sábado 2, en la entrevista con la cancionista Nelly Omar, en su respuesta a la pregunta «¿Desde cuándo canta?», la artista recuerda la copla surera que entonaba a la edad de cinco años. Transcripta al final de la nota, estimo que la copla contiene dos errores. Dice: «Luna blanca, luna llena, / hay luna de plata fina, / se me ha muerto un hermanito / lindo como una estrellita. // Se fue caminito al cielo; / no sé si lo encontraría. / Luna, si tú me guiaras, / hay luna, cómo te querría". Los errores (en verdad, uno repetido) están en los versos segundo y octavo, los cuales, según estimo, deberían escribirse: «Ay luna de plata fina» y «Ay luna, cómo te querría». Y ello porque pienso que, por el sentido del texto, corresponde la interjección ay, que denota un suspiro doliente de pena por la pérdida sufrida, en lugar del verbo hay como concepto de existencia de algo".

Más apellidos

"Tengo entendido que en la lengua castellana, la preposición de es usada correctamente en casos como Miguel de Cervantes o José de San Martín, pero es una preposición que no forma parte del apellido. En consecuencia, es incorrecto el uso, o abuso, que se comete cuando al mencionar a alguien exclusivamente por el apellido se lo antecede con el de, como si se pudiera decir *el general De San Martín o *el escritor De Cervantes. En francés, la particule tiene el mismo tratamiento. Otra cosa ocurre con los apellidos italianos como Dell?Oro o Dalle Nogare. Le ruego me ilustre al respecto", escribe Enrique Peltzer.

En efecto, en los apellidos españoles la preposición se escribe con inicial minúscula y no se usa cuando la persona es nombrada solo por el apellido. Estos apellidos se alfabetizan por la inicial mayúscula, no por la d de la preposición. Por ejemplo, el apellido del conquistador Pánfilo de Narváez es Narváez y se alfabetiza por la n de Narváez. Esta regla vale también para los casos de preposición y artículo. Por ejemplo, Ramón del Valle-Inclán es un nombre artístico (tomado de un antepasado), pero si se nombra a este escritor por el apellido, se dice Valle-Inclán.

Los apellidos verdaderos de Valle-Inclán eran Valle y Peña porque era hijo de Ramón del Valle Bermúdez y Dolores de la Peña. En ninguno de esos casos se mencionan los apellidos con la preposición y el artículo. Sin embargo, hoy en día es frecuente que se incluyan la preposición y el artículo al nombrar a una persona por el apellido. Entonces, si se omite el nombre de pila, la preposición debe escribirse con inicial mayúscula; por ejemplo, De la Rúa.

Si ha habido contracción de la vocal de la preposición con la inicial del apellido, se escribe todo en una sola palabra, con d mayúscula, y se alfabetiza por la d; por ejemplo, Dávila, que es contracción de de Ávila. En los apellidos italianos, en cambio, con contracción o sin ella, la preposición se escribe normalmente con inicial mayúscula y se considera parte del apellido, por lo que este se alfabetiza por la d; por ejemplo, Di Gennaro y D?Angelo.

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