jueves, 21 de agosto de 2008

- FIESTA DE LETRAS -




Las letras se visten de fiesta


Por Susana Reinoso
La Nación



Guardado bajo siete llaves como los mejores secretos, el Festival Internacional de Literatura de Buenos Aires (Filba) va tomando forma. La semana próxima se anunciará oficialmente que entre el 12 y el 16 de noviembre, Buenos Aires recibirá a autores y lectores en el Malba, que se erige así en el organizador de una valiosa propuesta, en la que autores y lectores se reunirán en torno de una pasión común: la literatura y los libros. Habrá 60 escritores -30 extranjeros y 30 argentinos- y el italiano Gianni Vattimo se impondrá como el plato fuerte de la cita porteña.

Vendrá también el fotógrafo de escritores Daniel Mordzinski, cuya reciente exposición en Casa de América ha sido un hito cultural en Madrid. Y el brasileño Arnaldo Antunes, que reúne en sí los talentos de ser músico y poeta. Será también de la partida el chileno Alejandro Zambra, de probada aptitud literaria. Jorge Volpi, Laura Restrepo, Edmundo Paz Soldán y Santiago Roncagliolo, escritores consagrados en el panorama literario latinoamericano, han confirmado su concurrencia. Las embajadas de Colombia, Bolivia, Ecuador, Polonia, Italia, Irlanda, México, Chile, Perú y Estados Unidos han trabajado para coordinar la presencia de sus escritores.

Los festivales literarios tienen de mágico ese encuentro distendido y amable entre autor y lector, que sólo es posible en un escenario que invite a la amistad y al intercambio de ideas. Si las ciudades les aportan su arquitectura, su riqueza patrimonial y cultural, su calidez a esos festivales, la cita tiene asegurado el éxito. Por eso, todas las ediciones del Hay Festival de Literatura, pionero desde Hay on Wye hasta Cartagena de Indias, en Colombia, Segovia y Granada, en España, se realizan en ciudades pequeñas, donde el encuentro es inevitable en librerías, cafés, tertulias y fiestas al aire libre.

Buenos Aires viene trabajando, por decisión política de sus autoridades, una marca de capitalidad cultural que le dé reconocimiento internacional a la diversidad de su oferta cultural, que es de gran calidad en el teatro, las artes plásticas, la música y las citas literarias. Como dice el especialista catalán Toni Puig Picart, "por el momento, la marca Buenos Aires es pasiva. Pero tiene que volverse activa. Sobre todo, de cara al Bicentenario de 2010". Una sola observación formulan los asiduos concurrentes a los festivales: que ese fructífero encuentro entre autores y lectores se diluya en el abanico de excelentes opciones culturales, con las que Buenos Aires seduce a turistas de todas las latitudes.

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